La Cova de Eirós, situada en la localidad lucense de Triacastela, se ha convertido este verano en una fuente de pistas para el grupo de los arqueólogos d
El grupo concedió importancia al yacimiento por la cantidad y diversidad de restos encontrados. En los once metros colindantes en los que se desarrollan las catas, los investigadores han encontrado restos de herramientas y animales. Estos restos apenas se encuentran en yacimientos al aire libre ya que la acidez del terreno prácticamente destruye los restos enterrados en ella. Ahora el grupo de investigación utilizará los restos encontrados para estudiar y reconstruir el tipo de clima, fauna y vegetación que existía en aquella época y lugar.