El proyecto del viaducto de Noia regresa sin saber cómo repercutirá en el marisqueo

Tras alcanzar el gobierno autonómico gallego con una de las campañas más agresivas que se recuerdan en la historia de la comunidad, Alberto Núñez Feijóo se ha encontrado con que la tarea de gobernar no sólo se limita a eliminar cualquier rastro de las acciones emprendida por el anterior ejecutivo, tarea en la que se encuentra inmerso desde que ganó en marzo. También hay que aportar proyectos propios.

Para paliar la carencia de ideas propias y para no dar la sensación de ir “a la contra” aún cuando se dispone del poder absoluto en el parlamento gallego, acaba de resucitar un proyecto que dormía en los cajones de la administración desde 2005. Cuando el joven presidente gallego ocupaba la cartera de Política Territorial, puesto clave en la vida política gallega, ideó comunicar Noia con su entorno y la comarca de Barbanza con un viaducto que cruzase la ría. En 2008, durante el gobierno bipartito, se ofreció una variante que discurría por el interior y que, por tanto, descartaba atravesar la ría.

Según informa el diario El País, ahora regresa la vieja idea de un viaducto de 1,4 kilómetros sobre las aguas de una de las rías en las que la producción marisquera es más importante, ya que produce 1.600 toneladas de berberechos al año. Según el gobierno autonómico, el proyecto debería estar acabado en 2011, aunque reconoce que se producirán fenómenos erosivos y cuyo impacto sobre la producción de bivalbos y otras especies es desconocido, aunque desde la administración confían en el poder de adaptación de la naturaleza mientras no se alcanza una situación de equilibrio.

Ante la vaguedad de los argumentos esgrimidos para defender la viabilidad de las obras, el gobierno del concello noiés se echó las manos a la cabeza y calificó los comentarios como carentes de rigor administrativo, científico y técnico y recuerda que el puente –que partiría desde el área comercial de A Barquiña tras enlazar con la carretera Muros-Noia y la futura autovía Brión-Noia hasta la playa de Testal, donde está la lonja noiesa y se conectaría con el vial hacia O Son– afecta a una de las fuentes de riqueza de la zona. La cofradía noiesa cuenta con 505 mariscadores a pie y otro medio millar de embarcaciones en las que trabajan 1.223 personas. En 2008, el pósito facturó 12,38 millones de euros por 2.138 toneladas de especies marisqueras. En la zona también trabajan pósitos de otras localidades de la zona.

Incluso en 2004, durante la última legislatura de Manuel Fraga, la Consellería de Pesca emitió un informe de impacto ambiental en el que se desaconsejaba la ejecución de la obra al afectar severamente a la calidad de las aguas, el sustrato y la fauna, lo que repercutiría permanentemente en el sector pesquero y marisquero.

Los resultados de este informe, rescatados por los socialistas noieses, fueron obviados por la consellería que lideraba Feijóo en 2005, al igual que la actualmente la Consellería de Medio Ambiente, Territorio e Infraestructuras, que recupera el proyecto de forma íntegra y que no se plantea realizar un nuevo informe de impacto medioambiental ya que, a su juicio, no se han producido cambios sustanciales, algo que desde el consistorio noiés califican de falso, ya que ahora se cuentan con leyes de obligado cumplimiento, como la de Patrimonio Natural y Biodiversidad de 2007, el real Decreto de  la Ley de Evaluación Ambiental de Proyectos (2008) y la de Protección de Paisaje de Galicia. Por último, el Ministerio de Medio Ambiente está redactando dos proyectos incompatibles con el viaducto: regenerar la playa de Testal y demoler la escollera para poder realizar el esperado dragado de la ría.

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