La empresa náutica Sailway, establecida en Vigo, es promotora de la iniciativa “Pasaporte al Camino de Santiago”, que propone la recuperación del antiguo Camino Portugués por mar a bordo de los veleros de su flota. Las embarcaciones zarparán del puerto deportivo de Baiona hasta la ría de Vilagarcía, donde se alcanza la desembocardura del Río Ulla. Su caudal se remonta hasta Pontecesures, donde la ruta prosigue a pie hasta llegar a Santiago de Compostela. Sailway tiene la intención de lanzar los primeros cruceros en velero por el Camino de Santiago desde comienzos del Xacobeo y durante todo el año.
Los amantes de la vela, aquellos que sientan interés por iniciarse en ella o, incluso, los que la desconozcan por completo pueden ser los peregrinos perfectos para embarcarse en esta travesía, que nació fruto del empeño por convencer a la gente de que “por mar se pueden hacer muchísimas más cosas que tostarse al sol”, como nos aclara Laura Moya, directora de Sailway.
El mar entronca con el Camino gracias a la leyenda que habla de la llegada de los restos del Apóstol en una barca de piedra hasta las costas de Vilagarcía procedente del puerto palestino de Jafa, cruzando todo el Mediterráneo. Y esta epopeya la han sabido exprimir al máximo desde Sailway. “Ante todo somos amantes de la vela y siempre intentamos dotar a la navegación de un contenido temático y lúdico, por eso la combinación de la vela con el Camino de Santiago nos pareció perfecta a las puertas del Año Xacobeo”, afirma la directora de la empresa.
La gente hace el Camino de Santiago a pie, en bicicleta o a caballo y esta empresa náutica discurrió una alternativa para aquellos que les gusta el mar, nadar y navegar, además de darle a los peregrinos la oportunidad de conocer el litoral gallego, que “no deja de ser espectacular paisajística y culturalmente”, añade Laura Moya, y sus atractivos turísticos.
Vela por mar y agua dulce
Las velas se izan por primera vez en el puerto deportivo de Baiona, de donde sale el crucero o cruceros que bordean la costa gallega hasta llegar a Sanxenxo, pasando por las islas Cíes, que desde el 2002 forman parte del Parque Nacional de las Islas Atlánticas. En este paraje natural toda la tripulación a bordo aprovecha para avituallarse y disfrutar de un paseo por las islas y las vistas de sus acantilados.
“No hay momento para el aburrimiento, ni a bordo ni en tierra, puesto que todo el trayecto tiene connotaciones muy turísticas. Además, los patrones implican a los viajeros en el arte de la navegación, en las maniobras, por lo que resulta muy formativo”, asiente Laura.
La segunda jornada a bordo alcanza la ría de Vilagarcía, donde se pernocta. El peregrinaje prosigue a través de la desembocadura del río Ulla, cuyo remonte se realiza temprano por la mañana en unas pequeñas lanchas motoras debido a la escasez de calado de su cauce. La navegación concluye en Pontecesures (Padrón), donde a partir de ese momento serán los propios pies los que conduzcan al final del trayecto en Compostela. Después de hacer noche en la localidad de Teo se parte para la ciudad del Santo con tiempo para llegar a la misa del peregrino.
Noches a bordo y biodraminas
Marta Moya indica que la duración del crucero es variable, dependiendo del punto de partida, bien desde Portugal o desde Baiona. “Podemos contar con dos o tres noches a bordo y dos o tres noches en tierra”. Lo que no varía es la seguridad, que está garantizada por “la calidad y equipación de unos veleros de 12 metros de eslora, potentes y de alta gama, pertenecientes a la firma” informan en la compañía, que dispone de cinco embarcaciones. Cada una de ellas tiene capacidad para cinco personas, por lo que admitiría una peregrinación en grupo de hasta 35 personas, aunque también existe la posibilidad de contratarla en grupos más reducidos, por parejas o individualmente.
Con el mismo convencimiento que pone en la seguridad, Sailway habla de la pericia de sus patrones a la hora de gobernar la embarcación para hacer una navegación agradable y cómoda a los tripulantes, sobre todo, a los noveles. “Y si aún así se marean, llevamos unos cuantos repuestos de biodraminas”, bromea Laura Moya.
Vencer reticencias y romper tópicos
La empresa náutica asegura que la gente que ha probado esta navegación vive una experiencia “extremadamente divertida”. Esto es posible venciendo las primeras reticencias. “Mucha gente ve el mar como algo hostil, elitista, peligroso o agresivo, sin embargo la perspectiva de quien lo ha probado cambia y la navegación se le hace corta”, dice la directora.
La misma impresión debieron de llevar los periodistas y touroperadores invitados que durante el fin de semana pasado realizaron una travesía piloto para probar las cualidades de la nueva propuesta de Sailway. Laura nos indica que todos ellos auguraron mucho éxito a esta iniciativa y resaltaron el hecho de ser una de las rutas donde ese experimenta mayor intensidad y unión entre los peregrinos al tener que convivir en 12 metros de eslora.