Hacer el Camino de Santiago es un tipo de turismo apto para la mayoría de los bolsillos. Así se corrobora en una información publicada recientemente por el Diario de León, que estima que cada peregrino necesita 30 euros diarios para hacer el Camino de Santiago, usando siempre los recursos públicos.
Con tal presupuesto veríamos cubiertas necesidades como comer, dormir, llamar por teléfono, visitar un museo, comprar unas tiritas y hasta enviar una postal. También se incluyen los viajes de partida y retorno al lugar de origen .
El estudio nos sitúa en el caso práctico de un peregrino que sale de León, quien ya deberá gastar 20,50 euros en el billete de tren hasta la ciudad de Pamplona. De aquí al pueblo de Roncesvalles habrá restado del presupuesto diario 3,91 euros, que es lo que le cuesta el billete de autobús que le conducirá al inicio de la Ruta Jacobea Francesa y otros 12,10 para el viaje de vuelta de Santiago a León.
En función de la fuerza o del tiempo del que disponga el romero, para terminar el Camino de Santiago a pie se hacen necesarios de 25 a 31 días. Si se va en bici entonces se pueden emplear de 7 a 12 jornadas. El periódico aproxima una cifra que rondaría entre los 210 a los 930 euros para los gastos en ruta.
6 euros para dormir y 20 para comer
Desde luego los pies mandan y esos van gratis, pero en el periplo debemos contar con el avituallamiento y asegurarnos un descanso bajo techo, en especial por la noche. Los más aventureros ahorrarán un dinerito extendiendo el saco de dormir bajo las estrellas. Dormir en un albergue ronda los 6 euros por noche. En cuanto a la manutención, la mayoría de los albergues disponen de cocina comunitaria para que el andariego prepare sus alimentos y pueda ahorrar. En caso de escoger el menú en algún establecimiento hostelero, el estudio calcula una media diaria de 20 euros entre la comida y la cena.
Lavandería, taxi y reparaciones de la bicicleta
Todo debe estar previsto, así que no se nos puede olvidar destinar una parte del presupuesto para “medicamentos, productos de limpieza y aseo personal, el gasto de las máquinas lavadoras y secadoras de ropa, reparaciones de la bici o traslados en taxi, si la etapa viene mal dada o las fuerzas fallan”, advierte el estudio.
Empaparse de cultura, experiementar emociones o hacer deporte de aventura son alternativas baratas si se elige la ruta jacobea como lugar para experimentarlas. Lo que sí aseguran es que “la experiencia no tiene precio”.