A lo largo de esta semana se han reunido las entidades que gestionan el turismo en las cuatro comunidades agrupadas bajo el sello España verde –Galicia, Asturias, Cantabria y País Vasco–representantes una veintena de operadores canadienses y estadounidenses para comprobar sobre el terreno la oferta de esta España novedosa que no sólo vive del sol y la playa. Estas jornadas inversas –las agencias emisoras visitan la oferta sobre el terreno– comenzaron en Euskadi y concluyen hoy viernes en Santiago de Compostela con una jornada de trabajo en la que emisores americanos y receptores europeos intercambiaron ofertas y necesidades.
Aunque aún es pronto para extraer conclusiones, es decir, vacaciones contratadas, la impresión que se llevan desde Turgalicia es buena. “Desde las cuatro comunidades se asociaron bajo la marca España Verde, en 1989, el crecimiento es sostenido” apuntan desde Turgalicia. Este año Turespaña ha optado por los prados verdes para promocionarse en el extranjero y opta por invertir en el norte ibérico. Durante 2009, se invirtieron 1.200.000 euros para promocionar este destino. “Turespaña aportó 600.000 euros y España Verde, otros 600.000 –dice José Manuel Merelles, de la oficina de prensa de Turgalicia– Eso nos ha permitido anunciarnos en medios extranjeros con una potencia que de otra forma no habríamos podido tener”.
El hecho de que se empiece a aportar por diversificar el turismo en España no quiere decir que se abandone el turismo de sol y playa. “Eso sería irreal. De cuarenta millones de turistas que llegan cada año, una minoría prefieren el norte. Pero sí que hay que ampliar la oferta, porque la competencia es grande” apuntan desde Turgalica. El ejemplo es claro: un trabajador no cualificado de Glasgow quiere sol y playa. Y no tiene sentimientos de pertenencia a un destino concreto: le da lo mismo Salou que la costa del Adriático, cogerá la opción más barata de buen tiempo y playas.
Las agencias de turismo y las entidades de promoción del norte de la Península apuestan entonces por otro perfil de turista al que pueda agradar la oferta existente: si hay un rico patrimonio cultural, religioso o natural; circuitos de balnearios o una gastronomía y productos de gran calidad, el objetivo es un visitante que se interese por la cultura, ya sea arquitectónica o culinaria, la privacidad o el encanto singular de las playas cantábricas.
“En ese sentido, Galicia está bien preparada. Desde el Xacobeo 93 se ha buscado ese perfil de turista y ahora somos una referencia para las comunidades que cuentan con un perfil parecido al nuestro. La colaboración es fundamental porque ganaremos en presencia y en posibilidades de actuación. Trabajamos en primer lugar con campañas de promoción. Después seguimos con jornadas directas, como la que celebramos esta semana, o inversas, cuando vamos nosotros a ofrecer el producto. Después elaboramos publicidad audiovisual. También es muy importante la presencia en ferias de turismo. Este año ya hemos acudido a veinticinco.” conluye Merelles.