Poco a poco se va consolidando en Galicia el enoturismo. Junto a la constitución oficial de la asociación galega de enoturismo, se hizo oficial hace unas semanas que Pontevedra, la capital de las Rías Baixas y cuna del albariño iba a acoger el primer Salón Enoturístico de España, que se celebrará desde el 5 al 8 de diciembre en la capital del Lérez. Se trata de un foro expositivo comercial, abierto al público, con carácter itinerante e internacional y dirigido al sector privado del enoturismo. El país invitado de la primera edición de este gran mercado del turismo y el vino será Portugal, país que mantiene unos grandes lazos culturales, afectivos y empresariales con Galicia.
De todo este impulso productivo, la oferta de rutas del vino y marcas reconocibles que cuentan con un plan de atracción turística que incluyan visitas, catas y pernoctaciones son contadas, pero de gran calidad, como las que se encuentran en La Rioja o por las tierras de Ribera del Duero. En el caso gallego la situación es paradójica, según nos cuenta José Luis Vilanova, presidente de la Asociación de Enoturismo de Galicia y responsable de Novavila, hotel enoturístico situado en Meis, Pontevedra: “Existen iniciativas y existen buenos y grandes vinos. Incluso rutas del vino, pero el problema hasta ahora era la falta de coordinación entre propietarios de bodegas y hosteleros para ofrecer una oferta de turismo del vino completa, atractiva y que busque las pernoctaciones” apunta.
La asociación que preside trabaja para establecer esos canales de comunicación que acaben por establecer una oferta consolidada y acorde con el potencial de la comunidad: “Es que si nos comparamos con otros productores, como los catalanes, nuestro patrimonio vinícola es mayor. Nuestras uvas son propias de Galicia y nuestro vino es de aquí. Ni cabernet, ni garnacha ni especies foráneas. Eso es un valor muy importante a la hora de vender un producto”
El apoyo institucional también es importante, aunque las necesidades del sector están en el cuidado del entorno y en la correcta señalización de las rutas y establecimientos que apuestan por el enoturismo: “Lo que pediría a la administración es que cuide el entorno. Ahora mismo, en la provincia de Pontevedra está bastante degradado. Los caminos parecen un poco abandonados, las señalizaciones no son correctas en algunos casos y la limpieza a veces se echa en falta. Lo que hace falta en un representante político es sensibilidad, lo que no podemos hacer es intentar convencer a un representante de que nuestro proyecto es bueno y tiene futuro. Debe ser él el que nos anime y haga todo lo posible para que salga delante de la mejor manera. Esa es una cualidad que los políticos deben tener siempre: la suficiente sensibilidad para mirar más allá”.
El perfil del enoturista
La preocupación de Vilanova por el cuidado del entorno viene por un conocimiento del enoturista tipo: “La persona interesada en el enoturismo es una persona culta y acostumbrada a viajar. No sólo hay que dar un buen vino.Para que el enoturismo tenga futuro, intervienen muchos factores porque el vino es cultura e implica al arte y a la arquitectura, no sólo están las instalaciones del vino, su historia y la recuperación de técnicas del pasado para mostrar a los vistantes. También hay que cuidar el patrimonio ambiental, el arte que motivó el vino la tradición vinícola y social de estas tierras y el diseño y la contemporaneidad en la que vivimos ahora. Se trata de promocionar el arte del vino”.
De cara a la cita en del salón de diciembre, la asociación acudirá con un stand oficial para dar a conocer sus propuestas a los visitantes. Vilanova también promocionará su establecimiento en el salón y espera que la cita sirva para encontrarse y seguir creciendo.