Turgalicia incorpora el Camino del Norte a su oferta del Bono Iacobus

El Camino del Norte, también conocido como Camino de la Costa, puesto que discurre por toda la ribera cantábrica hasta llegar a Galicia, momento en que penetra por el interor de la Comunidad, es la última incorporación a la iniciativa del Bono Iacobus, que promueve Turgalicia. De este modo el Camino del Norte se suma a los Bonos Iacobus ya existentes para el Camino Francés, la Vía de la Plata, el Camino Portugués y el de Fisterra-Muxía.

El Bono Iacobus proporciona al peregrino una alternativa diferente de hacer la ruta de la Costa, la más histórica de las que conducen a Santiago de Compostela, que consiste en combinar las etapas del trayecto en la parte gallega con pernoctaciones en casas de turismo rural de calidad de la Comunidad. A esta opción se le unen servicios adicionales como la posibilidad de contratar un picnic en ruta o el traslado del equipaje durante la caminata.

El romero sólo tendrá que preocuparse de “andar, sentir y caminar”, según reza el lema del Bono Iacobus, puesto que será recogido al final de cada etapa del Camino y transportado hasta la casa rural donde pernoctará, disfrutará de una cena reponedora antes de acostarse y, a la mañana siguiente, de un desayuno que le dé fuerzas antes de emprender de nuevo el Camino en el punto de inicio de la siguiente etapa, a donde también será conducido.
“El Camino del Norte experimentó un gran auge en la Edad Media, cuando se generó una gran corriente jacobea internacional hacia los santuarios de Oviedo y Santiago de Compostela”, comentan desde Turgalicia. Los peregrinos iban recalando en los puertos vascos y cántabros, procedentes de Inglaterra, Flandes, Alemania y Escadinavia. Sin embargo, en los siglos XI y XII los monarcas hispanos potenciaron el Camino Francés como un itinerario privilegiado para vertebrar los reinos cristianos del Norte peninsular. Hoy día, el Camino del Norte se va recuperando como alternativa frente a la “oficialidad” del Camino Francés. Iniciativas como el Bono Iacobus contribuyen a esta recuperación.

En el corazón de la Mariña Lucense

El Bono Iacobus sigue el Camino del Norte en el interior de Galicia durante siete etapas, que suman un total de 193 quilómetros. La primera de ellas comienza en Ribadeo y 29 quilómetros lo separarán del final de este primer trayecto, ubicado en Vilanova de Lourenzá, famoso por sus habas. Por el medio atravesará las localidades de Vilela, a través de recorrido llano que se elevará hasta alcanzar Vilamartín, desde donde se combinarán las subidas y los descensos hasta Gondán y, finalmente, Vilanova de Lourenzá.

Al final de la etapa el caminante encontrará el monasterio benedictino de San Salvador, declarado Monumento Histórico Nacional en 1974 y cuya actividad monástica fue abandona a mitad del siglo pasado. El peregrino puede deleitarse con la fachada, diseñada por el arquitecto Casas Novoa y que constituyó un ensayo previo de la fachada de la Catedral de Santiago de Compostela. Asimismo, la localidad cuanta con un importante Museo de Arte Sacro desde 1964, que alberga una colección de pinturas en tabla con escenas de los milagros del Conde Don Osorio, esculturas de los siglos XVII y XVIII y un variado número de piezas de orfebrería.

El lugar establecido por el Bonos Iacobus para reponer fuerzas al final del día es Finca Goleta, una edificación del año 1830 en Foz. Sus estancais amplias, sus paredes y muros anchos de piedra recrean el ambiente típico de una casa grande gallega que además, está situada al pie de la ría y rodeada de bosques verdes, en el corazón de la Mariña Lucense.

Explorar la Terra Chá

El caminante ya se encuentra a bastantes quilómetros de la costa, en una zona cada vez más montañosa, a medida que avanza hacia el interior. Desde Lourenzá se camina hasta San Pedro da Torre, para superar a continuación un nuevo desnivel antes de entrar en Mondoñedo, capital de una de las antiguas siete provincias del Reino de Galicia. “La ciudad merece una visita sosegada por su historia y monumentalidad”, recomienda el Bono Iacobus. Situarse a contemplar su catedral es una buena excusa para hacer un receso en el camino reponedor antes de emprender el ascenso pronunciado sucedido de una agradable bajada hasta Gontán. Tras Gontán se alcanza Abadín, desde donde nos internamos en la comarca de la Terra Chá.

En toda la zona se observa un paisaje tipicamente ganadero y rural. El caminante habrá avanzado 31 quilómetros hasta llegar a Martiñán, fin de esta etapa y donde será recogido para cenar, pernoctar y desayunar en Lugar da Pedreira, en la parroquia vilalbesa de Carballido. Se trata de un conjunto formado por una casa principal de finales del siglo XVII y contrucciones anexas, que antes tenían funciones de pajar, horno, hórreo y la casa del casero. En su comedor sirven los manjares de la bisbarra.

La ruta continúa hasta Santiago de Goiriz y en el trayecto se encuentran numerosas muestras de arquitectura popular como el propio cementerio neogótico de la aldea. En pleno corazón de la Terra Chá, pocas elevaciones de nivel se producen. Se atraviesa la capital comarcal, Vilalba, célebre por dos exponentes de su gastronomía, el capón y uno de los mejores quesos ahumados, el de San Simón. La localidad es una encrucijada de caminos, antaño defendida por la fortaleza de los Andrade, un conjunto defensivo del siglo XV del que hoy subsiste su torre transformada en Parador Nacional de Turismo.

Con posterioridad se encuentran las aldeas de Ferreira y Baamonde, con una iglesia parroquial de estilo románico. Este conjunto arquitectónico se completa con tres cruceros del siglo XVIII y un roble centenario. Más adelante aguarda la capilla gótica de San Alberte y el puente bajomedieval del mismo nombre.

Desde San Alberte, el peregrino pondrá un punto sobre esta etapa en el Hotel BiTerra de Friol, que se asienta sobre una casa rehabilitada con más de 200 años de antigüedad. La remodelación le ha proporcionado un aire rústico combinado con aires modernos. Las recetas de su cocina están compuestas por una sabia combinación de la tradición gastronómica gallega y vasca que el peregrino puede degustar.

Al límite de la provincia de Lugo

La cuarta etapa discurre a lo largo de 28 quilómetros, dejando atrás Ponte de Santo Alberte y alcanzando en los siguientes cuatro quilómetros y medio Santa Leocadia de Parga y desde aquí, a dos quilómetros de distancia se llega a SanPaio de Seixón. En este punto es recomendable la visita a su iglesia románica que aún conserva de sus orígenes su portada con arquivoltas. En ligero descenso, el camino continúa hasta Miraz. Allí se encuentra la torre de los Saavedra, una construcción almenada de planta cuadrada que está en pie desde el siglo XV. El punto final del trayecto es Marco das Pías, que establece el límite de la provincia de Lugo. El peregrinopernoctará una noche más en el Hotel Bi-Terra de Friol.


Monasterio con diez siglos de historia

El quinto tramo del Camino del Norte en Galicia prosigue desde Ponte das Pías hasta A Fraga en 30 quilómetros. Haciendo los diez primeros llegamos a Sobrado dos Monxes, divisando con anterioridad su laguna. La población es famosa por su monasterio cirterciense, que ya alcanza los diez siglos de historia.  Su iglesia es de estilo barroco gallego y cuenta con dos capillas, la de la Magdalena y la de Nuestra Señora del Rosario. El peregrino se sorprenderá ante la fachada, franqueada por dos grandes torres de base cuadrada almohadilladas y con los sillares tallados de figuras geométricas.

La etapa prosigue hacia Castro y sigue atravesando Corredoiras y Gándara. El tramo termina, a través de A Fraga, en los alrededores de Arzúa.

La pernocta tendrá lugar en el Pazo de Santa María, un edificio señorial del siglo XVIII rehabilitado en 2005. Rodeado de una gran finca de 35.000 metros cuadrados de cuidados jardines, el peregrino encuentra en el interior del edificio un ambiente de mucho confort conjugado con elementos de la arquitectura tradicional como la “lareira”. Es muy característico de la edificación las grandes vigas de madera de castaño y roble de los techos al descubierto. El servicio y atención ha merecido la Medalla de Oro a la Excelencia Turística 2006 y está certificado con la “Q” para la Calidad Turística Española.



Conexión con el Camino Francés

La penúltima etapa parte de Arzúa, donde el peregrino que procede del Camino del Norte se junta con la masiva riada de romeros procedentes del Camino Francés. La villa es famosa por sus quesos con denominación de origen, el Arzúa-Ulloa. En esta localidad es posible visitar la iglesia de Santiago, donde encontrar dos imágenes del Apóstol como Peregrino y como Matamoros. También se hallan otros edificios de arte religioso como la capilla de la Magdalena, fundación agustina del siglo XIV que mantuvo un antiguo hospital de peregrinos, hoy en ruínas.

Una vez abandonada Arzúa, la ruta continúa por prados y bosques de robles y eucaliptos alredor de aldeas como Calzada o A Rúa, hasta llegar a Salceda y a lo alto de Santa Irene. El final del trayecto es en A Rúa, una aldea con reminiscencias medievales de casas de piedra, hórreos y huertos domésticos. En este lugar se encuentra uno de los elementos más llamativos de la ruta, un hórreo sobre el Camino a modo de original arco.

Los peregrinos acogidos al Bono Iacobus pasarán la última noche de la ruta en Casa Calvo, una antigua casa solariega del siglo XVIII. Está situada a la orilla del río Tambre y en su restauración los responsables se preocuparon de que cada cuarto adopte una personalidad propia con una decoración y arquitectura específica.

A las puertas de Compostela

Con Arzúa a las espaldas, el peregrino emprende el último día de Camino con 27 quilómetros por delante. La etapa transcurre por Arca, capital del municipio de O Pino. En esta zona se encuentran restos de citanias de la cultura de los castros y un puente de origen romana sobre el río Mera.

El recorrido continúa por unha frondosa senda forestal y sigue por A Lavacolla, atravesando las inmediaciones del aeropuerto compostelano. Desde aquí comienza el ascenso hasta el Monte do Gozo, donde se puede vislumbrar por primera vez una extraordinaria panorámica de la ciudad de Santiago y de las torres de la Catedral. Desde este punto se inicia un recorrido urbano que transcurre por los barrios de San Lázaro y Os Concheiros, para continuar por la Rúa de San Pedro, Porta do Camiño, Rúa das Casas Reais, Rúa das Ánimas e Rúa da Acibechería que conduce directamente a la Praza del Obradoiro.

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