La Xunta de Galicia se dispone a realizar un trabajo de conservación y revalorización patrimonial y arquitectónica del Castillo de Monterrei (comarca de Verín) y de las torres de A Pena, Sandiás y Porqueira (comarca de A Limia) una vez que el Estado le ha cedido a título gratuíto estos complejos artísticos declarados como bien de interés cultural.
Las actuaciones, que estarán emprendidas por la Consellería de Cultura e Turismo, contemplan labores de equipamiento de uso público como la creación de una oficina de información turística y un punto de información del Camino de Santiago, así como la puesta en valor del albergue de peregrinos y de los elementos del museo existentes en el Pazo de los condes de Monterrei, según recoge un comunicado de Europa Press.
El departamento autonómico quiere, asimismo, impulsar el uso empresarial hostelero privado para “revitalizar el conjunto de la fortaleza”, con la posibilidad de crear alojamientos adicionales en sus alrededores, complementarios al propio Parador de Turismo de la fortaleza. También se pretende recuperar con fines turísticos y comerciales las viviendas de las inmediaciones.
El ayuntamiento de Monterrei y su fortaleza son uno de los puntos más relavantes en Galicia de la Vía de la Plata, también denominado Camino del Sureste.
Actuaciones en las torres
Las torres de A Pena, Sandiás y Porqueira recibirán trabajos de restauración y conservación para establecer un régimen de visitas culturales para las que se preparará con antelación un estudio previo necesario, que se realizará en 2010.
Estas tres torres, junto con la de Celme, constituyen cuatro fortificaciones que protegían la laguna de Antela en la comarca de A Limia, en la provincia de Ourense. Así, la primera de ellas forma parte del castillo de A Pena da Portela, del que se conserva la fábrica exterior de la torre en buen estado y algunas partes de la muralla exterior.
Por su parte, la de Sandiás fue escenario de las luchas con Portugal en el siglo XII por el establecimiento de la frontera.
En 1368 fue asaltada por el duque de Lancaster cuando pretendía el trono de Castilla e incluso los ‘irmandiños’ entraron y prendieron fuego en el castillo.