El patrimonio arquitectónico y artístico del litoral gallego, como en otros puntos de España, fue expoliado y destruido por décadas de desarrollismo y malas prácticas. Aunque aún quedan lugares para descubrir la morfología y la esencia de las vilas mariñeiras. Muros, en la provincia de A Coruña, es un ejemplo de conservación. Fundada en el siglo X, mantiene las viviendas tradicionales de los marineros y la arquitectura noble y pública, como la plaza de la Peixería Vella. Los barrios mariñeiros se forman con las casas, compuestas por bajos con arcos de medio punto alternándose con arcos apuntados, donde antiguamente se apilaban las cajas con el pescado.
Sobre las arcadas se levantan las casas de uno o dos pisos con los muros abiertos con balcones corridos soportados con grandes cancillos de cantería. La herencia medieval deja paso a los siguientes estilos, y por Muros encontramos edificios góticos y barrocos, especialmente en la calle Mariña y Real, e incluso algunas modernistas.
Hay que poner especial atención en el Mercado de Abastos municipal, situado en la confluencia entre las calles Real y Axesta. Se trata de un edificio de piedra de cuatro plantas que luce una gran escalera de doble tramos con balaustrada de cantería. Durante las mañanas y al caer la tarde, este edifico cobra vida y se llena del ajetreo de las pujas del pescado recién llegado a puerto.
Destacan entre los edificios la antigua colegiata de Santa María do Campo, situada en la parte alta de Muros. Durante el Medievo, en su atrio y bajo un hermoso cruceiro se reunía el ayuntamiento y el gremio de mareantes. Es una iglesia de estilo gótico de una sola nave presidida por un impresionante Cristo de la Agonía, una talla de madera del siglo XV. En las inmediaciones de la iglesia hay una interesante rectoral construida en estilo modernista.
Otro edificio curioso es el Muíño de Maré do pozo de Cachón, un antiguo y enorme molino construido en el primer tercio del siglo IX y que aprovechaba la energía de las mareas. Merece la pena visitarlo por su monumentalidad –es uno de los más grandes de España—y por la originalidad de su funcionamiento.
Para comer o tomar algo, los visitantes pueden encontrar una gran cantidad de tabernas y restaurantes en las plazas del centro de Muros, en los que las raciones de pulpo y los mariscos son las especialidades más demandadas.
Dejen un tiempo para caminar y sumergirse en las evocadoras calles de piedra de una de las últimas vilas mariñeiras.