Calle Ruavieja, donde se ubica el albergue municipal de Logroño, y paso obligado de los peregrinos
A pesar de haberse anunciado la reapaertura del albergue municipal de la capital riojana a principios del mes de febrero, unos molestos bichos llamados chinches no lo quieren hacer posible, por lo que el Ayuntamiento de Logroño opina que la vuelta a la normalidad se producirá a partir de la tercera semana de este mes, según recoge el diario digital Larioja.com.
El concejal de Promoción del municipio logroñés, Ángel Varea, calcula que la plaga de chinches que el albergue municipal sufrió en verano no se atajó del todo, ya advirtieron la continuidad de la presencia de estos molestos bichejos al desmontar algunos elementos eléctricos. Esta situación obliga, además de “a terminar con todos ellos, a tomar medidas higiénicas suplementarias. Además, se van a cambiar todos los somieres y todos los colchones”, precisa el diario, de este albergue que cuenta con 89 plazas. Así, el inmueble permanecerá cerrado a cal y canto durante un par de semanas más para que el tratamiento aplicado para la erradicación de la plaga sea efectivo.
Ángel Varea explicó que el albergue cuenta ya con un nuevo sistema de calefacción y se ha pintado de nuevo. El responsable de Promoción anunció que antes del día de su apertura habrá una jornada de puertas abiertas.
El concejal aclaró que, a pesar de que las puertas del albergue público se mantienen cerradas, “ningún peregrino se ha quedado sin alojamiento porque se ha establecido un concierto con un albergue privado, el Puerta del Revellín”, que ya ha acogido a 182 peregrinos desde el 1 de enero. Además, la pernoctación se paga al mismo precio que en el albergue municipal, cinco euros, porque el Ayuntamiento subvenciona la mitad de la cuantía.
Desavenencias
Desde el 1 de enero la gestion del albergue corre a cargo de la Fundación Logroño Turismo, quien mantiene la intención de incorporar a todos aquellos hospitaleros que deseen participar de manera voluntaria.
Hasta el 31 de enero de 2009 y durante 16 años la gestión del albergue la afrontó la Asociación Riojana de Amigos del Camino de Santiago, con la que el Ayuntamiento mantiene hoy día importantes desavenencias. El municipio indicó que algunas instalaciones se habían desmantelado y habían desaparecido efectos del albergue, como mesas de trabajo, sillas apilables, un frigorífico, catorce mesillas, trece colchones y almohadas, perchas, aparatos electrónicos y hasta una escultura del Apóstol Santiago, que había sido donada años atrás por la propia Asociación, firmada por Óscar Cenzano. A esta larga lista, el Ayuntamiento suma la calefacción, que indica que estaba desmontada.
Los servicios jurídicos municipales han estado documentando durante las últimas semanas la demanda que se presentará contra la junta directiva de la Asociación de Amigos del Camino. El portavoz municipal del Ayuntamiento, Vicente Urquía, anunció la intención de registrarla esta semana, argumentando que “nosotros sólo defendemos lo que es nuestra obligación”.
Por su parte, la junta directiva de la Asociación Riojana de Amigos del Camino de Santiago anunció, a su vez, unos días atrás, la interposición de una demanda de acto de conciliación contra los concejales Urquía y Varea para instar a que éstos se retracten de lo que consideran insultos. Para la junta directiva, los ediles la acusaron de sustraer esos enseres y efectos, lo que, a su juicio, estas acusaciones pueden ser constitutivas de un delito continuado de calumnias e injurias con continuidad y publicidad.
El concejal de Promoción, Ángel Varea, indicó no haber recibido comunicación alguna sobre esta demanda y saber de ella exclusivamente por los medios de comunicación. Tanto Varea como Urquía desligaron la presentación de la demanda municipal con la anunciada por la Asociación e insistieron que su obligación es velar por el patrimonio municipal, recoge el periódico digital.
