Según informa la redacción digital del rotativo británico Daily Mail, un avión de la compañía Thomas Cook aterrizó de emergencia en Manchester después de que el piloto detectase un fallo en el motor y un “olor a cenizas”. El vuelo se dirigía a la isla griega de Creta, pero no llegó a salir de territorio inglés.
En una conversación grabada, el piloto informa de un el fallo en el bleed— aire comprimido que proviene de un motor secundario del avión y que permite poner el aire acondicionado a funcionar o encender los motores—y después advierte que nota un “olor a cenizas bastante intenso”.
El piloto notó el olor a cenizas a 16.000 pies de altura y, alarmado, tomó la decisión de regresar al aeropuerto de Manchester a la 01.00 horas del miércoles.
Desde la torre de control preguntaron si se trataba de una emergencia, extremo que el piloto negó, y pidió permiso para aterrizar y lograr una presurización correcta. Durante el ascenso, sintieron el olor y después vino el fallo en el motor, por lo que se aplicó el protocolo establecido.
El vuelo tomó tierra en Manchester sin problemas.
Un portavoz de la compañía se apresuró a declarar que el fallo no tenía nada que ver con las cenizas suspendidas en el aire, sino con un fallo que impedía que el aire acondicionado funcionase correctamente.