Las medidas de seguridad adoptadas por el gobierno gallego –controles policiales y línite de aforo en el interior del templo– en el entorno de la catedral y el gran número de personas que se congregan en las plazas de la Quintana y Platerías cada fin de semana han motivado que el los responsables de seguridad (administración local, autonómica y estatal) solicite al Cabildo que ofrezca misas al aire libre y colocar pantallas exteriores para que los fieles puedan seguir el vuelo del botafumeiro.
La proximidad del verano y los problemas existentes entre la seguridad del templo y responsables catedralicios por los límites al acceso han motivado que la cifra de visitantes del templo (cerca de 2.000 actualmente) se amplíe en breve, como admitió ayer el alcalde compostelano. El operativo de seguridad comenzó hace dos meses a trabajar y en este período de prueba ha servido para medir su capacidad real -aún sin definir- y conocer los hábitos del turista. Los datos son claros: la misa de doce de los sábados es el acto que más gente congrega, y, por lo tantos, más problemas puede ocasionar entre el operativo y los fieles.
El 75% de los que visitan la Catedral prefieren acudir a este oficio. Según informa la prensa local santiaguesa, el mes que viene hay programadas un promedio de entre nueve y 15 peregrinaciones masivas cada fin de semana con intención de asistir al culto del mediodía.
Para bajar la presión sobre esta ceremonia, el operativo -integrado por las tres administraciones- ha propuesto al Cabildo que programe una homilía a las 11 horas. Además el operativo especial de seguridad piensa en celebrar misas al aire libre en la Praza da Quintana. Serían cada sábado y se montaría una pantalla gigante a fin de que los fieles pudiesen contemplar el botafumeiro desde el exterior.