¿Quién se podría imaginar que en el Tibet o en Japón también preparasen “alfombras florales”? Pues, sí ¡Lo hacen!. Estos primeros días de junio, las autoridades y los vecinos ponteareanos han recibido la visita de delegaciones de varios países con motivo de la celebración del III Congreso Internacional de Arte Efímero. Hubo representantes de todas partes de la península y de otros continentes como Asturias, Cataluña, Canarias, Portugal, y también: Alemania, Italia, México o Perú. Desde el extremo oriente: Japón y el Tíbet.
Corpus Christi es una fiesta de origen cristiano, como bien se sabe en España, y también en otros países cristianos tienen la costumbre de celebrar esta ceremonia tan bella y tan delicada. Los alfombristas de cada lugar explicaron cuándo y cómo habían empezado a preparar las alfombras para la procesión del Corpus Cristi, y las formas de preparación, las técnicas y materiales. En muchos países coincidían en las formas de preparación, pero, en cuanto a las técnicas y materiales cada lugar tenía sus toques autóctonos. Sobre todo, los materiales varian mucho. Lo que más se utiliza son flores frescas como se puede imaginar, sin embargo, hay alfombristas que utilizan los elementos que puede encontrarse en una casa tales como verduras deshidratadas, frutos secos, legumbres secas, cereales y hasta granos de café. Por los ingredientes, parece que vayan a preparar una comida de varios sabores.
Por parte de las delegaciones orientales, el Sr. Takeshi Yamamoto de Japón, director de la oficina de turismo de la ciudad de Kobe, hizo una presentación explicando que en Kobe los ciudadanos y las autoridades empezaron a preparar alfombras de pétalos hace 14 años. El motivo fue que después del gran terremoto que sufrió la ciudad donde murieron más de 6.000 personas, tenían que hacer algo para animarse y como símbolo de respeto hacia las víctimas. Se enteraron de que en Europa se celebraba el Corpus Cristi con esas alfombras maravillosas hechas de flores. Desde entonces, empezaron a estudiar las formas y técnicas, e invitaron a alfombristas de Italia para que les enseñaran cómo prepararlas. Hoy en día, para la celebración de esta fiesta en Kobe, se envían millones de flores desde todas partes de Japón a esta ciudad llena de encanto pero que vivió una década triste. Los niños japoneses de Kobe que nacieron después del terremoto preparan la alfombra con sus padres, abuelos y vecinos, escuchándoles contar cómo la gente de la zona se había unido en aquellos días de catástrofe.
Después el monje tibetano comentó que en su tierra, los ciudadanos y los monjes preparan alfombras florales por motivos espirituales y artísticas. Terminó su presentación con la frase, “espero que a través de estas actividades fantásticas como las que ustedes organizan estos días en Ponteareas, podamos reunirnos más veces, independientemente de las diferencias de religiones, razas, nacionalidades y culturas.”
Texto y fotos por Megumi Shiozawa