El salón de la Capilla Real del Hostal dos reis Católicos de Santiago acogió ayer una reunión entre el Grupo de Ciudades Patrimonio de la Humanidad de España (GCPHE) y más de 20 turoperadores y agentes japoneses para presentar la oferta turística y cultural de las 13 ciudades que forman el Grupo. El encuentro estuvo organizado por Turespaña.
Más allá de las oportunidades evidentes de establecer el contacto y nuevas relaciones mercantiles entre emisores nipones y receptivos del norte español, la jornada sirvió para poner en primer plano la renovación de la oferta turística del Estado. Aunque quizás este cambio no vaya a estar pilotado tanto por la acción estratégica de las ciudades patrimonio, sino por un cambio en los gustos de los emisores nipones: Barcelona, Madrid y Andalucía –tradicionales receptores del turismo del extremo Oriente—siguen siendo competitivos, pero comienzan a dar muestras de agotamiento y masificación. Hay que buscar un recambio.
El GCPHE emprendió acciones en este sentido: participación anual en la feria JATA de Tokio; presentaciones a lo largo del 2008 promovidas por Ciudades Patrimonio en colaboración con la Oficina Española de Turismo (OET) la agentes de viajes, turoperadores y medios de comunicación tanto en Tokio como en Osaka; presentación de la oferta de cursos de “Español para extranjeros” (turismo idiomático) en el Instituto Cervantes de Tokio, en 2009; acuerdo de colaboración con Iberojapan, especializado en la comercialización turística a través de Internet de España y Portugal para la integración de la oferta de los destinos que forman parte del Grupo Ciudades Patrimonio de la Humanidad de España en el portal de este turoperador, así como organización de viajes de familiarización para prensa y agentes de viajes.
Pero a pesar de estas promociones, algunos turoperadores nipones preguntaban ayer si los gaiteiros que tocan bajo el arco del Pazo de Xelmírez eran ingleses ya que en España lo que hay es “flamenco”. Según los últimos datos obtenidos por el Instituto de Turismo de España, el turismo japonés en el Estado se fue recuperando e incrementando desde el año 2005, hasta situarse en 360.000 personas en 2007. Un repunte que indica que el Estado español sigue funcionando como destino, pero que tiene que aprovechar otros potenciales que asienten la alternativa al “sol y playa”.
En palabras de Kinya Enomoto, manager de Kintetsu International Express, “lo más interesante para los japonenses en Galicia y el norte es la ruta jacobea, hermanada con el camino Kumano Kodo, sobre todo este año. Santiago, A Coruña y Rías Baixas, donde hay unos vinos muy buenos”. La gastronomía gallega –y del norte—también gana puntos entre los turistas japoneses. “Es muy similar, lo más importante es conservar el sabor natural de los alimentos. No disfrazarlos mucho con salsas” comentó Enomoto.
La estrategia para la venta de las ciudades del norte reside en la oferta cultural, el clima y la gastronomía, apuntó al final Enomoto.
El salón de la Capilla Real del Hostal dos reis Católicos de Santiago acogió ayer una reunión entre el Grupo de Ciudades Patrimonio de la Humanidad de España (GCPHE) y más de 20 turoperadores y agentes japoneses para presentar la oferta turística y cultural de las 13 ciudades que forman el Grupo. El encuentro estuvo organizado por Turespaña.
Más allá de las oportunidades evidentes de establecer el contacto y nuevas relaciones mercantiles entre emisores nipones y receptivos del norte español, la jornada sirvió para poner en primer plano la renovación de la oferta turística del Estado. Aunque quizás este cambio no vaya a estar pilotado tanto por la acción estratégica de las ciudades patrimonio, sino por un cambio en los gustos de los emisores nipones: Barcelona, Madrid y Andalucía –tradicionales receptores del turismo del extremo Oriente—siguen siendo competitivos, pero comienzan a dar muestras de agotamiento y masificación. Hay que buscar un recambio.
El GCPHE emprendió acciones en este sentido: participación anual en la feria JATA de Tokio; presentaciones a lo largo del 2008 promovidas por Ciudades Patrimonio en colaboración con la Oficina Española de Turismo (OET) la agentes de viajes, turoperadores y medios de comunicación tanto en Tokio como en Osaka; presentación de la oferta de cursos de “Español para extranjeros” (turismo idiomático) en el Instituto Cervantes de Tokio, en 2009; acuerdo de colaboración con Iberojapan, especializado en la comercialización turística a través de Internet de España y Portugal para la integración de la oferta de los destinos que forman parte del Grupo Ciudades Patrimonio de la Humanidad de España en el portal de este turoperador, así como organización de viajes de familiarización para prensa y agentes de viajes.
Pero a pesar de estas promociones, algunos turoperadores nipones preguntaban ayer si los gaiteiros que tocan bajo el arco del Pazo de Xelmírez eran ingleses ya que en España lo que hay es “flamenco”. Según los últimos datos obtenidos por el Instituto de Turismo de España, el turismo japonés en el Estado se fue recuperando e incrementando desde el año 2005, hasta situarse en 360.000 personas en 2007. Un repunte que indica que el Estado español sigue funcionando como destino, pero que tiene que aprovechar otros potenciales que asienten la alternativa al “sol y playa”.
En palabras de Kinya Enomoto, manager de Kintetsu International Express, “lo más interesante para los japonenses en Galicia y el norte es la ruta jacobea, hermanada con el camino Kumano Kodo, sobre todo este año. Santiago, A Coruña y Rías Baixas, donde hay unos vinos muy buenos”. La gastronomía gallega –y del norte—también gana puntos entre los turistas japoneses. “Es muy similar, lo más importante es conservar el sabor natural de los alimentos. No disfrazarlos mucho con salsas” comentó Enomoto.
La estrategia para la venta de las ciudades del norte reside en la oferta cultural, el clima y la gastronomía, apuntó al final Enomoto.