Son muchos los caminantes que se ven obligados a detener la marcha por unos días o incluso a abandonar el Camino a causa de problemas físicos derivados del esfuerzo. Para evitar problemas, es recomendable el entrenamiento previo y una óptima hidratación. Además, tendremos que poner atención al error más común, la sobrecarga de la mochila, que no debería sobrepasar el 10% de nuestro peso corporal.
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