Daniel Aníbal, maestro tatuador con doce años de experiencia y porteño viajero para más señas, explica el por qué del walk-in : “Eran los salones de tatuaje de principios del siglo pasado. Estaban situados en las ciudades portuarias y los marineros que desembarcaban con la paga en los bolsillo tomaban los barrios de la ciudad: iban a bares, prostíbulos y a tatuarse. Todo sin pensárselo mucho”.
Ya que Santiago no es una ciudad portuaria, pero sí que resulta ser el destino de una ruta que para muchos tiene algo de travesía inicática, la siguiente pregunta para formular está clara ¿los peregrinos hacen walk in? “Claro. Han venido de sitios como Nueva Zelanda, Alemania, Inglaterra. Entran, se tatúan y se van. ¿Qué qué se hacen? Pues de todo: conchas de vieira, cruces de Santiago, fechas, frases que han visto por el camino. Incluso alguno se tatuó un monasterio que vio”.
El que el interior del salón esté visible desde la vía pública no es casualidad: el espacio también se aprovecha como salón de exposiciones. A partir del viernes 25, Aníbal expondrá una serie de acuarelas inspiradas en el arte del tatuaje de principios del siglo XX. “Queremos que sea un espacio vivo. También
Oferta para los lectores de Berenguela
Sagrado Corazón ofrece un dos por uno en piercings a los lectores de Berenguela.com. Para aprovechar esta oferta tan sólo hay que citar a este medio.