Tras todo un año esperando por una nueva edición del Festival Internacional del Mundo Celta, y ya van 26, llegó la hora de Ortigueira. Del 8 al 11 de este mes a villa coruñesa se volverá a convertir en la octava ciudad de Galicia, al ser tomada por más de 100.000 folkies. Serán 4 días de música de raiz y 96 horas de acampada en plena naturaleza y otras tantas de fiesta sin freno. El festival, declarado fiesta de interés turístico internacional, aspira a retornar a sus orígenes con una programación cien por cien celta.
Oyesterband, Celtas Cortos, Gaelic Storm, Cristina Pato, Shooglenifty y Ángel Lorenzo Band emergen como cabezas de cartel de una edición en la que, nuevamente, habrá espacio para los nuevos creadores del folk, gracias al proyecto Runas, mediante lo que los internautas eligieron que banda tendrá la oportunidad de estrenarse en los escenarios.
La presente edición cuenta con embajadores procedentes de naciones hermanas como Bretaña, Irlanda o Escocia. Además, la organización apostó por abrir la cita a bandas que, a pesar de su reconocimiento internacional, nunca habían Pisado Ortigueira. Así, el 70% de los grupos, tanto extranjeros como del país, debutarán en el festival. Además, se intentó potenciar la presencia de espectáculos únicos, como el debut en España de Gaelic Storm, el reencuentro de Oysterband y Celtas Cortos o el concierto con invitados de Cristina Pato. Por supuesto, como cada año, se celebrará el multitudinario desfile de bandas, con hermanos llegados de Asturias o Escocia, entre otros.
Por otra parte, los organizadores constataron en ediciones anteriores que los festivaleros anticipan su llegada a Ortigueira y, salvo los más remolones, se baten en retirada el domingo. Por eso, decidieron concentrar los conciertos en las jornadas de madres público: jueves, viernes y sábado. Mas como no solo de conciertos vive el festivalero, Ortigueira tiene preparada un montón de actividades diurnas complementarias.
Como cada año, se mantendrá la acampada libre en la playa de Morouzos, con hasta 10.000 tiendas y todos los servicios para hacer más cómoda la estancia: duchas, aseos, bus gratuito, 8.000 plazas de aparcamiento también gratuito y vigilado, puesto médico… La seguridad será otra prioridad. 200 operarios trabajarán para que los ‘folkies’ sólo tengan que preocuparse de disfrutar. Y es que para ir a Ortigueira sólo hacen falta ganas de fiesta, mochila al hombro y oídos activados.
