Existe un trabajo laborioso, artesanal de captura de la almeja y el berberecho en las costas gallegas. En Carril las mariscadoras salen a pie armadas con un raño y los trajes de agua. No es un trabajo un fácil y se hace al ritmo de las mareas. A lo largo del día las capturas van llegando al puerto y se subastan en la lonja. Cuando por fin se coman en un restaurante o se compren en una plaza, el marisco tendrá una larga historia que contar.
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