La XI edición de la Feira Franca de Pontevedra rendirá homenaje a los Caminantes los días 3 y 4 de septiembre

Después de 10 años Pontevedra se consolida como una de las principales ciudades que ofrecen ferias medievales. Este evento hará que se viva durante dos días un ambiente medieval con actividades festivas el primer fin de semana de setiembre, los días 3 y 4 de septiembre.

El Consello Aberto de la Feira Franca acordó que esta edición se celebraría bajo el título Caminantes. La organización quiere hacer referencia a todas las personas que llegan a Pontevedra por motivos económicos, espirituales o laborales, bien como punto de destino o bien como lugar de paso de caminos como la ruta dos Arrieiros o el Camino de Santiago.

Este año se batió el record histórico de solicitudes para participar en la Feira Franca, por eso, con toda probabilidad, será la más multitudinaria de su historia, si se cumplen las previsiones tras la finalización del plazo de solicitud de permisos para organizar comidas en la calle e instalar puestos de artesanía y hostelería. Y es que, en este año 2010, se han recibido 250 peticiones para instalar mesas en las calles, 100 para el mercadillo de artesanía y 82 para gastronomía, todo un récord en sus 111 años de historia.

La Feria Franca es una fiesta que se fundamenta en el mercado que comenzó a celebrarse en Pontevedra a partir del año 1467, en virtud de un privilegio real de Enrique III que autorizaba la celebración de una feria de un mes de duración, quince días después del 24 de agosto, festividad de San Bartolomeu.

La Edad Media y las ferias que congregaban a las más altas clases sociales con las más bajas alrededor de un mercado inspiran la celebración de la Feira Franca de Pontevedra. Los vecinos se visten con trajes de inspiración medieval y el casco histórico de la ciudad sufre una importante transformación estética.

La gastronomía y las danzas medievales forman parte importante de la Feira Franca de Pontevedra. En la Edad Media los nobles y los mercaderes acaudalados incluían en su dieta frutos secos, almendras y especias asiáticas, productos muy caros. En cambio los campesinos comían un pan hecho de trigo mezclado con centeno o avena, verduras y algo de carne, especialmente cerdo. Tampoco solía faltar en las casas humildes leche de vaca, oveja o cabra. Todos estos productos estarán en esta popular feria medieval, así como otras especialidades como mermelada de ambruíñas, amorodos, higos, menciñeiras y naranjas. Entre los elixires que se ofrecen están los licores de café, naranja y albaricoque.

La comida convive con los disfraces usados por los vecinos de la ciudad que se animan a participar con carros y caballos por las calles, con condenados a la horca, con herreros y otros personajes con historias propias.

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