La visita que el papa Benedicto XVI está llevando a cabo por diferentes países de Europa no deja indiferente a nadie y es una fuente de noticias. Si hoy se dio a conocer la angustia que siente del antiguo panzerkardinal por la falta de contundencia ante los casos de abusos, así como la creciente presión que los medios británicos están ejerciendo contra la visita del vicario de Cristo, las noticias sobre la visita a Compostela son más amables con el Benedicto XVI.
Ya se conoce cómo será el escenario que albergará la multitudinaria eucaristía que la cabeza de la Iglesia católica ofrecerá en la Praza do Obradoiro. El arquitecto compostelano Iago Seara ha diseñado un sobrio abocinado que transformará al atrio en basílica. La estructura responde a las necesidades mediáticas de iluminación y sonido televisivas, de acuerdo con la TVG.
Este baldaquino “sui generis” se situará en la esquina entre Raxoi y San Xerome, sin que su altura sobrepase la cornisa de este segundo edificio, y ocupará un 8% de la plaza. El lugar es el más indicado en previsión de una meteorología adversa, y porque el Papa entrará por la rúa San Francisco y recorrerá el Obradoiro. Será de materiales metálicos prefabricados y modulares, se elevará dos metros sobre el plano de la plaza y tendrá una rampa de acceso. Los colores serán tenues y en gamas frías pensando en las casullas púrpuras de la curia.
La arquitectura efímera conoció su máximo desarrollo durante la edad Moderna (s. XV-s.XVIII) y servía para que los poderes temporales –fueran reyes, emperadores o papas—celebrasen sus proclamaciones y triunfos con los accesorios adecuados. Los mejores artistas empleaban mucha parte de su tiempo en su elaboración y su duración en el tiempo apenas sobrepasaba los días del festejo. En la arquitectura perdurable se encuentran elementos decorativos que recuerdan aquellas prácticas, como las guirnaldas.