La catarata es el único caudal fluvial europeo que desemboca en caída, pero permanece seco ya que la empresa Ferroatlántica –propiedad del empresario Villar Mir—aprovecha la fuerza de la desembocadura con el embalse de santa Uxía.
Durante el verano era posible visitar este lugar único en el continente, pero el capital y el beneficio privado mandan. Los datos de afluencia a O Ézaro no están contabilizados, pero desde el concello y desde Ferroatlántica coinciden en señalar que este ha sido un verano excelente en cuanto a visitas.
La semana pasada el diario El País publicaba un reportaje en el que se hacían eco de los exagerados beneficios que obtienen de la explotación de caudales las hidroeléctricas españolas. Amparadas por una legislación franquista y con licencias concedidas a dedo, las empresas eléctricas obtienen escandalosos beneficios mientras pagan por impuestos apensas 20 millones al año.