Fisterra, la llamada tierra del fin del mundo, está muy relacionado con las historias precristianas que nos hablan de la existencia de cultos paganos y su posterior cristianización. Y también se relaciona con la ruta xacobea y con la llegada de los restos del Apóstol Santiago a Galicia. De hecho el que hace el camino a Fisterra puede obtener la credencial llamada Fisterrana.
Mediante esta ruta los visitantes podrán conocer uno de los lugares más emblemáticos de la Costa da Morte. Después de contemplar las increíbles vistas desde el Faro de Fisterra, el lugar más visitado de toda esta región costera, bajamos al pueblo donde haremos una parada en el puerto. Allí hay multitud de restaurantes que ofrecen menús del día con mariscos incluidos y a buenos precios.
La leyenda de Fisterra (Finisterrae) es que era conocido como el Fin del Mundo por la civilización romana. Es tierra de naufragios, esta localidad era considerada por los navegantes como el tramo de costa más peligroso, y también tierra de marineros.
Después de Fisterra nos dirigimos a Muxía, donde la actividad pesquera es el motor económico de la localidad. La historia de Muxía comienza a contarse por el año 572. Escritos que datan de ese año ya sitúan el territorio de Muxía circunscrito a la diócesis de Iria Flavia a través del Monasterio de Moraime. Este monasterio y el Santuario de Nosa Señora da Barca, al que llegaban los peregrinos después de pasar por Santiago, fueron claves en la historia del lugar. Por eso Muxía y Fisterra, están las dos localidades íntimamente relacionadas con el Camino de Santiago. Muxía, como Fisterra, también otorga a los peregrinos una credencial, la Muxiana, por haber hecho este camino.
La ruta Xacobea, tiene su origen en la ciudad de Santiago, pero su meta, según la leyenda, está en el cabo de Fisterra y el Santuario de la Virxe da Barca.
Casi desde el descubrimiento del sepulcro del apóstol Santiago (s. IX), determinados peregrinos decidían prolongar su viaje hasta la Costa da Morte, que era para los antiguos la punta más occidental de Europa, el tramo final de un itinerario marcado en el cielo por la Vía Láctea.
La tradición xacobea del finisterrae gallego se fundamenta en dos de las devociones más populares de Galicia; el Santo Cristo, en Fisterra, del que el licenciado Molina (s. XVI) dice que a él acuden los más romeros que vienen al Apóstol; y A Virxe da Barca, en Muxía, donde tiene su fin el paseo de la Costa da Morte, según cuenta la tradición acudió a este hermoso lugar en una barca de piedra para darle ánimos a Santiago en su predicación.