La ruta comienza en Baio. Para alcanzar la carballeira hay que situarse en la oficina de correos ubicada en el centro del pueblo. Desde allí, y orientados en dirección hacia el río, hay que tomar un desvío situado a la izquierda.
Siguiendo este camino, se alcanza una bifurcación con un pequeño parque infantil. Hay que coger el camino de la izquierda de nuevo. Tras caminar durante un rato por un sendero de tierra, ya es posible divisar la carballeira. El acceso a esta finca ha de hacerse a pie, ya que en su entrada hay una pequeña verja.
Este bosque de robles centenario es un ejemplo de la masa boscosa propia de Galicia. Tanto en Costa da Morte como en la fachada atlántica la mayoría de esta riqueza forestal ha sido sustituida por eucaliptos, como parte de explotaciones destinadas a la fabricación de pasta de papel. Este bosque de robles tiene tantos años que sus árboles tienen los troncos retorcidos, lo que le da un aire misterioso al lugar.
La ruta continúa por la orilla del río Grande –que debemos dejar a nuestra mano derecha–. A lo largo del cauce existen numerosos lechos de piedra en los que parar y disfrutar del encanto de la zona. Siguiendo esta senda, encontraremos una carretera que conduce hasta el instituto de enseñanza secundaria de la localidad. Al llegar al instituto, hay que seguir por un tramo de carretera asfaltada que lleva hasta el campo de fútbol. En los alrededores, e integrado en el río, hay un viejo molino que sigue en funcionamiento.
Siguiendo por la pista de asfalto se llega hasta la carretera comarcal que une Baio y Zas. Hay que seguir a la derecha y cruzar el río Grande. Una vez que pasemos el concesionario, hay que meterse en la primera pista a la derecha, a la altura del paso de peatones.
Aquí llegamos al área recreativa de Pedra Vixía, que ocupa el emplazamiento de un antiguo aserradero de los años 50.
El último tramo de esta ruta discurre por la margen izquierda del río. Siguiendo un camino estrecho, llegaremos a una presa de piedra que provoca un salto de agua. Cruzamos el paso de madera y siguiendo de frente por caminos de pescadores hay que pasar por varios molinos hasta llegar a los restos pétreos que forman el dolmen –apenas reconocible—de A Pedra Vixía.
Desde aquí hay que tomar el camino de regreso a la comarcal Baio-Zas para llegar al punto de salida.?