Pero en realidad yo de lo que creo entender un poco es del turismo y por ende del negocio de los servicios y de la distribución, la gran riqueza de la ciudad compostelana junto al comercio pues ambos tres están imbricados y conectados.
Es sorprendente que en una ciudad que de una forma u otra, hablando en plata depende de la iglesia y de los que desde la lejanía acuden la luz que brilla en la Berenguela, que algunos habitantes de la ciudad, digamos desinformados pues casi todos dependen de ese catalizador poliédrico llamado “turismo”, hayan colgado de algunas ventanas y balcones semejante lema que a quien únicamente daña es a la ciudad –espero que– de sus amores ….pues
también Fonseca tiene sus orígenes en la iglesia y en la sede compostelana, ya que la capitalidad de Galicia no dista de ser ajena a estas razones.
No importa el motivo o razón de que los que acudimos a tan importante foco de fe, cultura, arte, vivencias, gastronomía, experiencias, compras, artesanía y más que es Santiago, pues es claro que la ciudad no es solo patrimonio de la humanidad, Santiago de Compostela es en sí una de las ciudades que millones de personas piensan en visitar o en repetir su visita, pero…no todo está hecho una cosa es que a uno le guste comer y otra que te inciten el hambre, he ahí la importancia de la visita a la sede compostelana del Santo Padre.
Benedicto XVI es un jefe de un mínimo estado, menor quizá que la zona monumental de Santiago, pero con una población indirecta de cientos de millones de personas alrededor del mundo; esa es la verdadera, la cruda, la inevitable realidad, pónganse como se pongan los escépticos, con perdón. Su visita será corta apenas unas horas, pero su impacto mediático, será tan inmenso que superará alguna decena de veces el presupuesto publicitario unido de las diferentes autoridades turísticas de Galicia especialmente ante un larguísimo periodo de sequia sin esperanza de año santo hasta dentro de más de dos lustros.
Santiago, dicen algunos, “se vende solo”…pero hay que venderlo añado yo.
La supervivencia de cientos de establecimientos dependen de un flujo turístico interesante y no importa lo que haya pasado en el 2010, el libro de visitantes del 2011 está en blanco y ninguno de nosotros sabe lo que pasará, es lo mismo cada temporada yo invitaría por tanto a todos los compostelanos a recibir con cariño (aunque sea egoísta e interesado) al Papa con un: “Eu si te espero, grazas por vir”.
Antonio Caballos es presidente de AEDAVE MADRID. ( Asociación Empresarial de Agencias de viajes Españolas )