Las autovías de Portugal son de pago desde esta semana. Los primeros días en funcionamiento están marcados por la confusión y los atascos, ya que para poder circular por estas carreteras es necesario disponer de un dispositivo electrónico que se encuentra agotado en las tiendas. Los conductores lusos están circulando en su mayoría con un ticket que certifica que han abonado los 27 euros que cuesta más los 10 de carga iniciales.
Las nuevas tasas afectan especialmente a aquellos viajeros que se desplacen hasta el aeropuerto Sá Carneiro de Oporto para tomar un vuelo. Hasta ahora, los enlaces y precios competitivos de la terminal lusa eran una competencia para los tres aeródromos gallegos, dispersos en sus ofertas y capacidades por polémicas de corte político, pero las nuevas cargas pueden afectar a la cantidad de pasajeros de Galicia que acudían Oporto a coger vuelos.
Los conductores extranjeros disponen de un puesto específico de alquiler del aparato en la tienda de la primera estación de servicio de la A-28 desde Galicia, situada muy cerca del primer peaje. El alquiler 27 euros de alquiler y otros 50 de carga mínima, que se pueden gastar a lo largo de 90 días y si no se hace, ese dinero se pierde.
Una carga extra de 77 euros grava mucho a cualquier pasajero que se desplace a Oporto en busca de vuelos baratos. Si no se quiere abonar el dinero, se puede llegar al aeropuerto a través de carreteras secundarias.