El nuevo año ha traído nueva dirección a la cafetería. Y un nuevo aspecto, y nuevos camareros, decoración y una carta. Cambia todo, permanece lo bueno. Bajo la dirección de Sandra Fuente y Manuel Camiña, La Flor se ha convertido en menos de un mes (abrieron el 17 de diciembre de 2010) en uno de esos imprescindibles de la zona monumental. Y no es fácil. Quizás sea su nuevo aspecto. “Desde el principio teníamos muy claro lo que queríamos. Siempre nos gustaron dos locales: La Mantelería en a Coruña y el Vagos de Pontevedra, que cuidan mucho la decoración, tienen una carta con lo justo pero muy buena y una decoración muy cuidada” comenta Sandra sobre la nueva La Flor.
Y eso es lo que hay: clientela que combina a los clientes de toda la vida, que no es poco, y a los más jóvenes. Cañas, raciones, tapas y una buena conversación acolchada con jazz clásico. Entre la carta nos encontramos con tablas de quesos y embutidos entre los 8 y los 9,50 euros, dependiendo de la abundancia de la ración; tostas más o menos complicadas que cuestan, como mucho, 4,50; ensaladas copiosas a 8,50 y platos: desde huevos estrellados a las carrilleras, viandas triunfadoras de 2009 y 2010.
Sandra hace hincapié en que el trabajo de reformas lo hicieron entre los socios, colaboradores y amigos. Porque las cosas hechas con amor saben, sientan y se viven mejor.
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