Las obras están situadas en una zona protegida del río Miño, y por eso mismo, el nuevo edificio permanece cerrado desde que finalizó su construcción hace cuatro años; ya que se ubicó en terreno rústico que no era apto para edificar y, en consecuencia, era ilegal.
La mejora de estas instalaciones balnearias abarcará 90.000 metros cuadrados de terreno dedicados al termalismo, incluyendo el viejo balneario (el nuevo ocupa algo más de 4.000 metros) y sin descartar la construcción de un hotel.
Desde que la Xunta lo entregó a la Fundación Balneario de Cortegada, en el 2005, se ha estado trabajando para arreglar su situación legal, lo que exigió la necesidad de desarrollar un Plan Especial de Urbanismo, aprobado en pleno a principios de abril del 2009.
El alcalde de Cortegada anunció además que se dará cuenta a la Dirección Xeral de Turismo del proceso de legalización para agilizar en lo posible la apertura de las instalaciones y la potenciación del termalismo en el término municipal. Para ello queda concluir algunos trabajos pendientes, para los que se busca ya la financiación adecuada y desde ahí licencia de actividad y apertura.
Mientras se espera a que estos trabajos concluyan las viejas instalaciones del Balneario de Cortegada de Baños siguen funcionando. Este edificio nos traslada a un lugar sin estrés y desde donde se puede contemplar el río Miño.