El último fin de semana de agosto, los días 26 y 27, se celebrará en Ribadavia (Ourense) una nueva edición de la ya tradicional Festa da Istoria. Pero la jornada más especial es el día 27 de agosto. Los visitantes podrán vivir una verdadera jornada medieval.
Este evento, que está reconocido como fiesta de Interés Turístico Nacional, transformará el centro histórico de esta localidad en el escenario de una fiesta singular que reconstruye el ambiente judío del medievo. Conocida ya en el año 1693, tiene un gran poder de convocatoria y cuenta con la participación de la mayoría de los ciudadanos.
La “Festa da Istoria” recuerda, año tras año, la historia de la Ciudad y su Comarca, acercando al presente las tradiciones y vivencias de épocas pasadas en una recreación medieval donde se encuentran representadas las distintas culturas, religiones, oficios y clases sociales de aquella época.
Como suele ser habitual, en la jornada del viernes se procede a la apertura del Mercado Medieval con demostraciones de trabajos artesanales y venta de productos. El día grande será el sábado. Los asistentes podrán participar de la Lectura del Bando da Istoria; apertura del Banco da Alhóndiga donde poder cambiar euros por maravedís, la moneda de curso legal durante la fiesta; desfile da Istoria; lectura del pregón, e imposición de las medallas mediante las que se nombra a los Notables.
Posteriormente se celebra la Voda Xudea en O Patio da Oliveira, Baile de Donas e Cabaleiros, el ajedrez humano y espectáculos de Cetrería, Carreras de Barriles, Tiro con Arco en el Atrio de Santo Domingo, Lanzamientos con Honda, esgrima y el torneo medieval. También habrá teatro por las calles y por la noche una Cena Medieval en la Iglesia de la Madalena. En esta jornada también cabe destacar un concierto de Música Folk en A Fonte dos Canos a las 22.30 horas.
Uno de los principales objetivos de esta celebración medieval es la recuperación de tradiciones ancestrales e históricas que conformaron la historia y el carácter de la Villa de Ribadavia permitiéndonos conocer desde oficios hoy en día en decadencia a otros ya olvidados. Para conseguir todo esto hay un amplio colectivo vecinal que se vuelca por completo en la organización de la fiesta.
La gente se disfraza con ropajes antiguos, los caballeros y titiriteros se pasean por las calles, se recrea una boda judía, y los maestros artesanos ofrecen sus obras en el mercadillo. El viaje a la Edad Media resulta tan auténtico que la moneda que se utiliza ese día es el maravedí.
