Esta oferta se celebrará todos los viernes y todos los sábados, a partir de las 21.00 horas, y en ella se podrá degustar cuatro platos de la micrococina zamorana, mientras se recorren los principales edificios modernistas y templos románicos de la ciudad, finalizando con una visita guiada al Castillo de Zamora.
Recorrido de tapas y vino zamorano
La salida se hará desde la plaza de Sagasta y tras una primera visión del Modernismo zamorano, la primera parada gastronómica será en el Café Viriato, donde los participantes degustarán la tapa de queso de Fornillos con vino de Toro.
El recorrido continúa hacia la Plaza Mayor, con un descanso para degustar una rica tosta de bacalao. A continuación, la plaza de Viriato y una cata de cocina en miniatura a base de garbanzos con setas de Sanabria al ajo arriero. Con nuevas paradas gastronómicas y culturales, el recorrido llega finalmente a la plaza de la Catedral y el Castillo, donde tiene lugar el objetivo último, con la visita nocturna a estos dos monumentos.
La Rúa de los Francos, La Magdalena y San Ildefonso son otros de los puntos de interés que la ruta contempla con un alto en el Mesón el Castillo, donde ofrecerán caramelo de morcilla. Todas las tapas irán acompañadas de vinos de las tres D. O. zamoranas. Tras degustar la última delicia gastronómica, los participantes visitarán la plaza de la Catedral y el Castillo.
El precio de la ruta es de 18 euros y podrán participar en cada sesión entre seis y quince personas. Las reservas pueden formalizarse en la oficina municipal de turismo de la plaza de Arias Gonzalo (980 533 694) o en el punto de información de San Martín (636 649 469).
Un castillo de origen incierto
El Castillo de Zamora no tiene una fecha de origen claramente definida. Según las crónicas, fue mandado edificar por Alfonso II de Asturias, aunque los estudios realizados por diferentes historiadores afirman que probablemente fuera Fernando I de León quien ordenó su construcción. De ser así, el edificio dataría de mediados del siglo XI, una época de la que actualmente quedan muy pocos restos.