Un vino con Denominación de Origen Morrazo es la gran apuesta y los primeros ya están dados ya que Medio Rural está procediendo a realizar un catastro de viñas.
La idea es que los vinos de O Morrazo y Redondela se puedan adherir a la Denominación de Orixe Rías Baixas, en calidad de subzona, o bien dispongan de su propia denominación de origen. El primer paso ya está dado, ya que Medio Rural, según indicó el presidente de la federación, José Luis Videira, está procediendo a realizar un catastro de viñas.
Los viticultores y furancheiros no entienden por qué se les excluye de la D.O. Rías Baixas mientras otras zonas, como Soutomaior o Mos, han sido admitidas.
La comarca de O Morrazo, según datos de la federación, cuenta con unas 740 hectáreas, repartidas en unas 300 parcelas, destinadas a viñedo.
¿Qué son los furanchos?
Este colectivo aboga por mantener el carácter tradicional de los furanchos, también llamados loureiros por señalizar con una rama de esta planta su ubicación. Se trata de bajos de casas particulares o bodegas donde se vende al público el excedente de sus cosechas y a los que acuden los clientes con su propia comida, o bien se les sirven pequeñas tapas de platos tradicionales para acompañar al vino.
Los vinos de O Morrazo y Redondela se elaboran prácticamente con las mismas variedades de uvas reconocidas por la Denominación de Origen Rías Baixas, que ampara, entre otros, el vino albariño.
Así, en los bares y furanchos de estas comarcas, donde se comercializan, se pueden degustar blancos elaborados con uva albariña, godello, treixadura y loureiro, que en O Morrazo se conoce como ‘espadeiro’, nombre que en otras zonas se aplica a una uva tinta, aunque hay quien dice que entre el loureiro y el ‘espadeiro’ blanco hay diferentes matices.
En cuanto a los tintos, los vinos de O Morrazo son famosos por el ‘tinta femia’, uva típica de la parroquia de Cela, en Bueu y a quien se dedica todos los años una fiesta de exaltación. El tinta femia, según algunos estudios científicos, sería idéntico al caíño.
Otras uvas tintas de la comarca son la mencía, garnacha, sousón y negrón. Los viticultores y furancheiros buscan el respaldo de los ayuntamientos para obtener su D.O., ya que consideran que redundaría positivamente tanto en el aspecto económico como cultural. Uno de sus proyectos es crear una ruta turística, similar a las Rutas del Vino, que recorra las zonas de la comarca ligadas a la cultura enológica y a la historia.