“El perfecto sommelier” (Blend Libros), que ha escrito junto a la periodista y escritora cubana Claribel Terré y que acaba de presentarse en Buenos Aires, es un completo manual que busca ocupar el vacío que dejan las “típicas” guías sobre vinos, explicó Barrientos, sommelier principal del restaurante de un lujoso hotel de Buenos Aires, cuya carta ha sido reconocida como una de las mejores del mundo.
“Hay muchos libros sobre vino, pero además de que son en su mayoría imágenes, tocan únicamente ciertos temas. Este no tiene fotos y toca todos los temas posibles, algunos muy poco abordados, como las etiquetas de las botellas, las subastas o las falsificaciones“, señaló Terré, también radicada en Argentina y responsable de la consultora “Terre de Boisson”, especializada en contenidos y comunicación “gourmet”.
Aunque aborda algunos aspectos teóricos, como la historia del vino o su proceso de elaboración, el libro es esencialmente práctico, con todo tipo de orientaciones para saber cómo y dónde comprar esta bebida, qué tipo de vino y copa debe utilizarse en cada ocasión, la temperatura adecuada para servirlo, o las formas de abrir una botella.
Barrientos revela viejos trucos sobre conservación, como respetar las arañas que se acumulan en las cavas donde se guardan las botellas porque se comen las polillas que destruyen los tapones de corcho o evitar almacenar productos aromáticos o pinturas cerca del vino para evitar que absorba aromas extraños y se arruine.
Recomienda que los vinos descansen en la penumbra y que, si no se dispone de un lugar específico para su conservación, se guarden las botellas en la habitación menos utilizada de la casa o en los huecos de las escaleras.
Barrientos confiesa además cuáles son los dos grandes “miedos” de su profesión: que un cliente rechace una botella o que se rompa el corcho al servirla, algo que, según relata, le sucede hasta a los mejores sommeliers y que no siempre ocurre por falta de pericia.
“El tres por ciento de los corchos del mundo vienen infectados con un moho, inocuo para el ser humano, pero letal para un buen vino”, explica en el manual, en el que cuenta cómo consiguió salir airoso cuando se le rompió el corcho de una botella de casi 1.000 dólares que había pedido un reconocido personaje de la farándula argentina.
El libro, que arranca con un prólogo del experto francés Michel Rolland, revela, por ejemplo, que el coleccionista más importante del mundo es el francés Michel Chasseuil, con una bodega de decenas de miles de botellas, mientras que otro gran amantes de vinos es el artista español Julio Iglesias, con unas 50.000 botellas.
El libro incluye además entrevistas con los más importantes bodegueros del país, los que marcan el “estilo de vino argentino”.
Profundo conocedor de los gustos de ambos lados del Atlántico, Barrientos, nacido en España y criado en Suiza, opina que el vino argentino tiene generalmente una gran concentración de frutas y los europeos no suelen disfrutarlo en su primer contacto, sino que necesitan un proceso de “adaptación”, como le ocurrió a él mismo.
Por eso, admite que tiene especial cuidado con los clientes europeos en el elitista restaurante en el que trabaja y por el que han pasado, entre otros, los Reyes de España, con quienes prefirió jugar seguro con un vino de gran complejidad y muchos años en botella.
El libro, dirigido tanto a aficionados como a profesionales, dedica un apartado específico a los interesados en convertirse en sommeliers, con detalles sobre los entresijos del oficio, sugerencias, un listado de escuelas de formación y posibles salidas laborales.