El proyecto de musealización, que ha sido realizado internamente por la cadena hotelera pública, analiza la historia del monasterio de San Pedro de Villanueva desde los siguientes puntos de vista:
-Los orígenes del cenobio y su vinculación a la monarquía asturiana, en el siglo VIII.
-La interpretación arquitectónica de los distintos espacios y los usos que éstos tenían en el pasado.
-Catalogación e interpretación de los elementos artísticos más significativos del monasterio.
-Vida y propiedades de los monjes de San Pedro de Villanueva.
-La ciudad de Cangas de Onís y su entorno monumental y paisajístico.
-La gastronomía local
A lo largo del Parador se han instalado un total de 43 soportes informativos, que además de textos explicativos (bilingües, en castellano e inglés) y amenos, para facilitar el recorrido e los clientes, incluyen numerosas fotografías sobre detalles del edificio, así como planos e ilustraciones.
Este proyecto ha supuesto la realización de una importante investigación sobre el pasado del cenobio. Se han recopilado, analizado y sintetizado cientos de páginas y el contenido final ha sido supervisado por distintos especialistas en el monumento. En este sentido, la colaboración de Juan José Tuñón, abad de Covadonga, y de Ángel Lueje, experto local en el monumento, ha resultado muy valiosa. Asimismo, instituciones como el Museo Arqueológico Nacional o la Biblioteca Nacional también han colaborado en el proyecto.
Historia del Monasterio de Cangas
“San Pedro de Villanueva emerge de las entrañas de la vieja Edad Media, cuando Asturias representaba una pequeña isla cristiana envuelta por el vasto océano de Al-Ándalus. Los primeros monarcas astures, descendientes directos de Pelayo, pionero de la reconquista, fundaron junto a este meandro del Sella uno de los más antiguos cenobios de la cornisa cantábrica.
Al primer templo del siglo VIII, panteón de reyes, le sucedió un nuevo cenobio en el siglo XII; y a éste, la abadía barroca que aún hoy perdura. De aquellos tiempos medievales, cuando España todavía no era España, pervive una valiosa colección de arte pétreo, que hace de San Pedro de Villanueva uno de los monumentos legendarios del románico astur.
En el transcurso del siglo XIX, recién superadas las secuelas de la invasión napoleónica, los monjes se vieron forzados a abandonar San Pedro por decreto, en el marco de los procesos desamortizadores de la Iglesia. Declarado Monumento Nacional a comienzos del siglo XX, el monasterio sobrevivió a duras penas durante casi una centuria hasta que, en 1998, abrió sus puertas transformado en Parador de Turismo. Desde entonces, sus tesoros arqueológicos y artísticos, ya recuperados, se exhiben en todo su esplendor”.