Con este distintivo Kilómetro 0 de Slow Food se reconoce a cocineros y restaurantes que potencian la proximidad del producto y la calidad. Y este restaurante de hamburguesas gourmet del Eixample barcelonés ha defendido precisamente desde sus comienzos la “ecogastronomía” y la tradición alimentaria de cada territorio.
Para conseguir la distinción Km 0 del movimiento Slow Food es necesario que un 70% de los productos seleccionados por el restaurante hayan sido adquiridos directamente de un proveedor que se encuentre en un radio inferior a los 100 km.
Además, deben ser ingredientes ecológicos y estacionales y, a ser posible, deben haber sido considerados “baluartes”, es decir, deben estar protegidos por su excepcionalidad.
El Filete Ruso utiliza, entre otros, dos de estos baluartes: la alcaparra de Ballobar y la judía del ganxet para elaborar, respectivamente, el steak tartare y la hamburguesa vegetariana.
El movimiento Slow Food pretende recuperar las tradiciones alimentarias locales, defender los alimentos de la tierra, los productores comprometidos con la biodiversidad y la cocina de temporada.
En la actualidad, son un total de 60 cocineros y 59 restaurantes españoles los que pueden lucir este distintivo tras cumplir con los criterios que exige este movimiento internacional.
El Filete Ruso nació en Barcelona en junio de 2010 con el objetivo de dignificar la hamburguesa. Su objetivo es elaborar hamburguesas a partir de una materia prima excelente acompañadas de ingredientes de primera calidad.
Esta filosofía se llevó a cabo ya con la hamburguesería La Burg, de los mismos propietarios, que abrió sus puertas en 2008.