La gastronomía japonesa es deliciosa, sencilla y refinada, equilibrada y saludable, llena de contrastes y sabores diferentes. Un fiel reflejo de su cultura, rica y antigua. No se puede pedir más. Por si esto fuera poco, la cocina en Japón es tan apreciada que son los propios ciudadanos japoneses quienes la definen como Washoku, una práctica social que fortalece los lazos familiares a través del espíritu de respeto por la naturaleza.
La importancia que tienen en la dieta japonesa las verduras y otros productos estacionales, así como el pescado crudo y el arroz, todo ello unido a un uso muy particular y diferente de los utensilios en la mesa, componen, en opinión de la Agencia de Asuntos Culturales nipona, una herencia cultural única.
La lista de UNESCO que ampara el llamado Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad pretende preservar determinados aspectos de la herencia cultural del planeta que no están representados a través de edificaciones u objetos específicos, sino que se transmiten a través de otros medios como la lengua, el baile, la tradición oral o los rituales.
A fecha de hoy tan solo cuatro cocinas en todo el mundo son reconocidas como Patrimonio de la Unesco. Estas son la francesa, la mexicana, la mediterránea y la turca. Entre los países que optan a este mismo reconocimiento por parte de la Unesco en 2013, únicamente Perú ha presentado oficialmente su candidatura, junto con la correspondiente documentación técnica.