A partir del 1 de julio no se podrá producir ni vender foie gras en todo el estado norteamericano de California. Con esta ley, aprobada en 2004, fruto de la presión de los defensores de los animales, que conforman un importante grupo de presión de EE.UU., se quiere frenar el maltrato que sufren las ocas y patos para producir estos productos. Esta medida se une a la prohibición de la venta de sopa de aleta de tiburón además de promover la conciencia ciudadana contra el maltrato animal.
The New York Times informaba recientemente de que no es la primera vez en que un estado norteamericano ha prohibido el foie gras, puesto que en 2006 se hizo en la ciudad de Chicago, aunque la reacción muchos restaurantes fue que siguieron sirviendo clandestinamente el foie gras, con lo que su prohibición duró apenas dos años.
La normativa establecía un período transitorio de ocho años para que restaurantes y tiendas de alimentación se adaptasen a la ley. El plazo vence ahora, así que a partir del próximo 1 de julio el ‘foie gras’ tendrá la misma consideración que el alcohol en la época de la llamada ley seca. La ley establece una sanción de 1.000 dólares por la comercialización del alimento.
Los patos empleados para elaborar ‘foie’ son anímales de envergadura (unos cinco kilos) que pertenecen a la raza Mulard, resultado del cruce de un macho Barbería, originario de Sudamérica, y una hembra Pekín, de Asia. Cuando son aún polluelos pasan las tres primeras semanas en unas naves climatizadas y luego se les deja al aire libre. A la décima semana se les conduce a las naves de cebado, donde son alimentadas dos veces al día para favorecer el crecimiento de su hígado, lo que en francés se denomina ‘gavage’.
El proceso se denomina esteatosis hepática y hace que el tamaño del hígado se multiplique por diez hasta alcanzar por término medio los 600 gramos.