Pérez, doctor en Geología, es asesor de la dirección del Centro Nacional de Investigación sobre Evolución Humana (CENIEH), que hoy ha firmado un convenio de colaboración con la Diputación de Burgos, que promueve esta declaración, para realizar el estudio que servirá para avalar la candidatura.
En rueda de prensa, Alfredo Pérez se ha mostrado convencido de poner obtener la catalogación para la zona porque es un paraje “singular” capaz de “contar” 500.000 años de historia, fecha en la que se datan sus formaciones más antiguas.
La primera fase de investigación servirá para delimitar la zona para la que se va a pedir la catalogación, antes de realizar otros estudios de caracterización y estudio de valores de cada una de las partes afectadas. Se espera que toda la documentación estea lista para defender la candidatura de la zona entre octubre y noviembre de 2014.
Alfredo Pérez ha explicado que en la figura del Geoparque se incluyen formaciones geológicas, con sitios de especial interés y otros elementos relacionados, entre ellos las icnitas y árboles fósiles, con que también cuenta la zona, o los propios restos paleontológicos, como los de la sierra de Atapuerca.
El de Burgos podría llegar a ser el octavo geoparque. En el Estado español se localizan en El Maestrazgo (Teruel), el Parque Natural de las Sierras Subbéticas (Córdoba), el Parque Natural del Cabo de Gata (Almería), Sobrarbe (Huesca); Costa Vasca (Guipúzcoa), Sierra Norte de Sevilla y Villuercas-Ibores-Jara (Cáceres).
El triángulo entre Salas, Belorado e Ibeas de Juarros es un territorio salpicado por bosques de robles, hayas y pinos y su orografía está marcada por ríos de aguas bravas como el Tirón, el Pedroso o el Oropesa, con otros de aguas más mansas, como el Arlanza y el Arlanzón. Desde el punto de vista piscícola tienen una enorme fama. Si a ello se le une que la riqueza patrimonial y arquitectónica de los pueblos es abundante, el resultado es una atractiva candidatura a geoparque.