Día 15 de diciembre 2012
Ya tengo la lista. Incompleta, por supuesto. Ahora mismo me doy cuenta de que tengo que buscar dos pantalones de verano y no los tenía apuntados. Prometí hablar de la reacción de las personas que me rodean ante el viaje, pero al concitar charlas, consejos y llamadas, creo que no hay nada que merezca ser contado, algo de asombro, algo de decepción y algo de entusiasmo. Lo normal cuando se decide un viaje a media mañana, mientras se está leyendo el periódico. Lees una noticia, levantas la vista, la paseas por el bar, te fijas en la mujer y su madre que están sentadas en la mesa de al lado, miras al exterior y ves como una hoja de un árbol se cae, por un momento te parece que baila en el aire transparente y quieto de esa mañana de diciembre. Piensas que el compositor de esa danza será de un país sin hojas. Por qué no? No es lo que no se tiene lo que mas nos provoca? Vuelves a la lectura del periódico. Hoy no tienes nada que escribir. el domingo enviaste material suficiente para tres días. Hoy no tienes nada que escribir y nada que hacer salvo escaparte. En un mes tendrás el taller donde pintar, un lugar a donde ir, una puerta que se abre en tu agenda, hasta ahora un muro sin hueco alguno. Un mes es mucho tiempo. Necesitas algo ya. Un salto brusco, una ruptura. Y por qué no un país sin hojas? hay que saltar y salto. Ya está. En cinco días me voy a Etiopía.