“La Vijanera” es una mascarada de invierno que se desarrolla en la localidad de Silió en Molledo (Cantabria) el primer domingo de cada año. Esta fiesta, de gran popularidad y tradición, declarada de Interés Turístico Nacional, es una de las fiestas más tradicionales y arraigadas de Cantabria al que acuden cientos de personas.
Originalmente, la Vijanera se festejaba en los valles de Iguña, Toranzo, Trasmiera, Campoo y Polaciones pero en la actualidad la única localidad de la región donde se lleva a cabo es la citada Silió.
El primer carnaval del año en Europa consiste en un mascarada colorista en la que participan alrededor de 75 personajes diferentes encarnados por más de 100 vecinos (todos varones): la madama, el mancebo, el marquesito, los trapajones o naturales, los traperos, el oso y su amo, el pasiego y la pasiega, el caballero, la Pepa o Pepona, el médico, la preñá, el húngaro y las gorilonas, el viejo y la Vieja,los danzarines blancos y negros, el caballero, la giralda, las jilonas, la zorra, el zorrocloco, el ojáncano, los guardias, los guapos, el afilador, la pitonisa, la bruja, el diablo… todos ellos vestidos de manera vistosa y con una función y un simbolismo propios.
Sin embargo los verdaderos protagonistas de la fiesta son los zarramacos debido a la importancia de su papel. Estos últimos son personas vestidas con pieles de oveja y sombreros picudos además de llevar la cara pintada de negro que van ahuyentando los malos espíritus del año que comienza haciendo sonar los varios campanos que llevan atados al cuerpo. Su misión es la de expulsar a dichos espíritus del pueblo llegando hasta los límites del mismo, tradición que apunta a otras mucho más antiguas probablemente provenientes de la época romana.
Algunas vestirán trajes de estreno, tras recuperarlos de la tradición más antigua. Y todos alargarán la fiesta hasta que el cuerpo aguante. Y es que otras de las novedades de este año es que la fiesta no terminará con la muerte del Oso. Habrá, también como antiguamente, más escenificaciones «hasta que la luz se ponga en los montes de Molledo», según explicaron David González y César Rodríguez, presidente y tesorero de la asociación.
La segunda parte de la celebración trata de hacer crítica del año que acaba. Los mozos vijaneros se reúnen en la plaza del pueblo y leen unas coplas que, en lenguaje popular y tonos que van desde la jocosidad hasta el ensañamiento, analizan lo sucedido en el pasado año desde nivel local al internacional.
La fiesta termina con dos actos, primero se produce “la Preñá”, es decir el parto o nacimiento del nuevo año. Tras esto, La Vijanera concluye con la muerte del Oso, que simboliza la victoria del bien sobre el mal y el deseo de buenos propósitos para el nuevo año.
Como puede comprobarse, en esta fiesta se representa el deseo de desterrar el año pasado y preparar el camino al entrante para que comience con ilusión y buenos augurios. Quizá sea por ello por lo que el dios romano Jano es el encargado de presidir La Vijanera. De hecho, Jano (Janus en latín) deriva de Jauna, esto es, puerta, lo que puede querer significar “puerta entre dos años” si tomamos en cuenta el prefijo vi- (bi-, dos).