La galería Trinta nos invita a visitar la exposición ‘”Merengues. Son de cremita” de Elena Blasco (Madrid, 1950) hasta el 15 de marzo, que nos hará disfrutar con su lenguaje lúdico y comestible, que esconde pinceladas de crítica e ironía.
A través de esta exposición la artista Elena Blasco nos plantea ese mundo presente o intuido, habitado por una fauna al menos rara, combinando en su producción elementos de múltiples procedencias. Un discurso marcado por las circunstancias del camino; generando un arte de representación en el que lo real y lo surreal articulan elementos representativos de la naturaleza, de la historia y de la intrahistoria, porque también existe lo imaginado.
Elena Blasco (Madrid, 1950) es desde mediado de los setenta una fotógrafa que se empeña en el diseño, la decoración y en el grabado. Se formó en Madrid y amplió su horizonte durante una larga estancia en Estados Unidos. Y a su regreso realiza montajes al aire libre en Madrid –“En el estudio. Estandartes y collages”, I y II-, y presenta sus primeras exposiciones individuales en galerías de Madrid y de Segovia. Su obra, de carácter ecléctico, combina elementos del Minimal, Povera y Dadá. Y participa en muestras colectivas y en ferias de arte, desde ARCOmadrid a Pulse Miami.
“Deberíamos alegrarnos siempre ante la sorpresa de que alguien nos rompa un poco el sueño de la costumbre, quien sea, no solo el artista.
Cuando eso se da, además, nunca es con ese fin, es solo una manera de contar la vida, pero cierta vida, y que se da en cierto lugar. Es como si un objeto fuese un tipo de pájaro o de reptil que nunca hubiéramos visto porque pertenece a otro paisaje, a otro individuo. Solo eso.
Pero existir, existe. Así que tenemos una fauna más rica de lo que creíamos.”