El Diario Oficial de Galicia publicaba el pasado 11 de enero la resolución por la que se incoaba el procedimiento de delimitación de los tramos del Camino de Santiago del Norte, Portugués, Ruta da Prata y Camiño de Fisterra, a su paso por Santiago de Compostela.
El objetivo de esta medida es aportar seguridad jurídica a todos los que operan sobre el territorio que, de esta forma, conocerán con exactitud los ámbitos de afección de los Caminos de Santiago y, a su vez, se garantiza la mejor protección de los lugares, edificios y parajes por los que discurre la ruta.
Las investigaciones e indagaciones con residentes de mayor edad de las zonas, documentos históricos, mapas y planteamientos han sido solo una parte de la ingente documentación que se almacena en la Dirección Xeral de Patrimonio Cultural y que son la base de las propuestas de los Caminos de Santiago (Portugués, Inglés, Vía de la Plata, Fisterra y Norte) en Compostela. Las delimitaciones tienen carácter provisional, ya que los técnicos deberán resolver las alegaciones presentadas durante los dos meses de exposición.
Con la delimitación se fija un área de protección de aproximadamente 100 metros a ambos lados del Camino. En algunos puntos se amplía para proteger bienes del patrimonio etnográfico. Las zonas protegidas no verán modificadas las clasificaciones urbanísticas que se recogen en el Plan Xeral de Ordenación Municipal, pero se fija un mayor control sobre las futuras edificaciones y sobre las reformas de las existentes. Las licencias urbanísticas, por tanto, tendrán que ser supervisadas por la Comisión Asesora del Casco Histórico o, en el caso de las áreas situadas fuera del ámbito del Plan Especial del Casco Histórico, por el Comité Asesor del Camino de Santiago, dependiente de la Dirección Xeral de Patrimonio.
El Camino Portugués es junto al Francés el más afectado por las nuevas infraestructuras. Esta ruta sufre una modificación ya en su entrada a la ciudad. No pasará por el conocido como «mirador del Camino Portugués» junto a una estación de Fenosa, que actualmente está marcado con un mojón de la Xunta.
Ahora se propone bajar hacia la N-550 para desviarse antes por Porto y, tras varios quiebros, llegar a la Rocha Vella. A partir de ahí, discurre por una zona de vegetación con un trazado sinuoso. No sube por la rúa Cantaleta, que queda a un lado. Sí pasa por los molinos de la Cantaleta y de Carmela y tras cruzar el viaducto de A Rocha alcanza la rotonda de Volta do Castro. Poco antes de la rotonda, el Camino se divide en dos. Según Patrimonio con igual rango. La opción más recta va por Sira Alonso, Rosalía de Castro, Choupana y Santa Marta hasta la praza de Vigo y de ahí por Rosalía de Castro a la catedral. La segunda propuesta es por Torrente hacia la iglesia de Conxo y, después de cruzar Antón Fraguas, por las calles principales del barrio hacia la avenida de Vilagarcía y praza de Vigo, donde se une con la primera opción.