La peregrinación a Santiago se convirtió en uno de los aspectos religiosos y culturales más destacables de la Edad Media y su importancia ha llegado intacta hasta nuestros tiempos. Y el Camino Francés es el elegido por miles de peregrinos desde hace cientos de años. Es, por tanto, el Camino de siempre, pero ahora podremos hacer de modo diferente. Se trata de una ruta a caballo, de la Mano de Marcelino Pumar, experto jinete que lleva acompañando a peregrinos a caballo desde hace más de una década.
Los peregrinos sólo nos preocuparemos de montar a caballo y disfrutar del paisaje, del patrimonio histórico-artístico y de otros placeres sencillos, como la conversación con viandantes y lugareños, puesto que la pernoctación, las cenas reponedoras y los desayunos energéticos están incluidos en nuestro itinerario elegido.