El Centro Torrente Ballester de Ferrol inaugura este viernes, 12 de abril, “Afluentes 80. Debuxando un mapa” e “Loureiro. Perfís de realidade”, dos exposiciones que ejemplifican la riqueza creativa del ámbito artístico gallego.
Las inauguraciones de las muestras “Afluentes 80. Debuxando un mapa” e “Loureiro. Perfís de realidade” tendrán lugar a las 20.00 horas en el Centro Torrente Ballester de Ferrol.
“Afluentes 80. Debuxando un mapa” es la segunda exposición del proyecto “Afluentes. A figuración na arte galega desde os anos setenta”, importante proyecto que el Concello de Ferrol coproduce con Novacaixagalicia y que visitará las principales ciudades de Galicia.
Esta muestra ofrece la oportunidad de conocer más de cerca la obra de grandes artistas gallegos que compartieron descubrimientos y referentes, pero que en muchos casos continuaron por trayectos enfocados por distintas vías, dando sentido a la metáfora tomada como título de esta aventura expositiva.
“Afluentes 80. Debuxando un mapa” se suma al estudio de un período intermedio que va entre Atlántica y la consecución de ciertas infraestructuras como el CGAC o la Facultade de Belas Artes de Pontevedra. Se mezclan así artistas que buscan aquella ilusión de los primeros años de la década, como Antón Patiño, Menchu Lamas o Francisco Leiro con otros que tenían aparecido en exposiciones posteriores como A toda tela, Imaxes dos 80, Novíssimos o Trazos e Camiños, como Tono Carbajo, Din Matamoro, Bosco Caride, Armindo Salgueiro o Juan de la Colina.
La exposición acaba de pasar por el Centro Cultural Novacaixagalicia de Vigo y después de su paso por el Centro Torrente Ballester viajará a la sede expositiva de Novacaixagalicia en la Rúa do Vilar de Santiago de Compostela.
Por otra parte, “Loureiro. Perfís de realidade” se constituye como una exposición retrospectiva que repasa la última década de trayectoria creativa del artista. Tomando como punto de referencia la anterior muestra del artista en el Centro Torrente Ballester en el año 2002, se formula un recorrido que reúne los proyectos más relevantes de esta etapa, así como una gran cantidad de obra inédita; ejemplo de la intensidad creadora y la capacidad evolutiva de Loureiro.
Fiel a la estrategia pictórica, de su trabajo se deriva un interés intrínseco al hecho artístico, un compromiso con la experimentación del que salen dibujos, esculturas, instalaciones, cuadros monocromos e imágenes que conectan directamente con la naturaleza.
