La cita gastronómica inaugurará la vigésimo tercera edición el viernes 5 de julio a las 19.30 horas con la actuación del grupo Quinteto Son Real, y a las 21.15 horas tendrá lugar la lectura del pregón a cargo del grupo teatral Fulano, Mengano e Citano, en la Praza do Reló.
La reina de la mesa, la langosta, costará a 35 euros entera y a 18 euros media langosta. Los asistentes a esta cita gastronómica podrán disfrutar de 31 platos diferentes (con precio de 1 a 35 euros) y 7 postres. Una completa programación animará a disfrutar del ambiente de la villa, con actuaciones, actividades infantiles y feria de artesanía.
La famosa calidad de la gastronomía guardesa hizo que en 1991 se celebrase la primera Festa da Langosta. Desde la primera edición la gran afluencia de visitantes aseguró el éxito de la fiesta, que año tras año va creciendo y consolidándose. La fiesta adquirió una nueva dimensión en el año 2007, pues se incluyeron otros productos del mar y sobremesas típicas que aumentaron la tradicional oferta gastronómica. En el puerto de A Guarda se instalará el recinto de la fiesta, en la carpa se situarán los stands de los restaurantes y de los establecimientos colaboradores y las mesas donde se podrán degustar los exquisitos platos. En el exterior se realizarán las actividades para los más pequeños.
La gastronomía guardesa goza de reconocida fama gracias a la excepcional calidad de sus productos y, en especial, de su más preciado marisco, la langosta. Este crustáceo, que ha dado prestigio a A Guarda, está siendo exportado a otros muchos puntos del territorio español, de ahí que a esta villa se la conozca cono la Capital de la Langosta. Precisamente debido a este reconocimiento del marisco se comenzó a celebrar la Festa da Langosta. Pero en A Guarda también se puede degustar todo tipo de carnes y otros mariscos como por ejemplo percebes, nécoras, centollo, buey y bogavante.
Y para los que aprovechen la visita para probar los vinos de la zona les aconsejamos el vino tinto del país o el renombrado vino blanco del valle de O rosal, en sus variedades del rosal o albariño, traído durante la época medieval por los monjes cistercienses del monasterio de Oia. De postre, los mirabeles, fruta de la rica huerta rosalera que se suelen tomar preparados en almíbar. Tampoco debemos olvidar el tradicional roscón de yema. Además para aquellos que deseen llevarse su marisco a casa existe la posibilidad de comprar pescado fresco en la lonja situada en el mismo puerto pesquero, abierta todos los días laborales.
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