Otro de los grandes momentos del Entroido de Manzaneda es el que escenifica la rivalidad entre las parroquias de la zona: las representaciones satíricas del día casino a día, en las que los rumores de infidelidad, accidentes, enfermedades y otros hechos, son utilizados para ridiculizar o ensalzar con sus versos los aconteceres del año que acaba de finalizar.
El personaje principal es la Mázcara, con su gran Pucho en forma cónica, engarzado por brillantes cintas de colores y sujeto a la cabeza con un paño que impide identificar a su portador. Llevan un bastón, polainas blancas, puntillas de una gran variedad cromática y, cruzada sobre el pecho, una singular mantilla floreada.
Las actividades del Entroido de Manzaneda se organizan entorno a los Fuliones, embajadas musicales que se envían unas parroquias a otras. Cada una lleva un jefe y varias Mázcaras, que en su recorrido van haciendo sonar sus “chocallas”, acompañadas por el ruido de hazadas, guadañas, astas de cuerno, caracolas marinas, cajas y gaitas.
El Martes de Entroido tiene lugar la concentración de Fuliones en la villa, rematando en una comida popular a base de vino, jamón, chorizos y otros productos del cerdo.