Por eso, con la intención de promocionar esta ruta dicha asociación organizará charlas en los municipios encartados situados en la cuenca del Kadagua, así como dos marchas populares por sendos tramos de un recorrido por la historia señalizado con paneles y flechas amarillas.
Son excursiones que el colectivo planea todos los años pero que, esta vez, lo hacen con mayor difusión con el objetivo de recuperar el camino de la montaña y llenarlo de peregrinos otra vez.
Desde el siglo IX los peregrinos frecuentaron el trazado más alejado de la costa aprovechando calzadas romanas para sortear posibles ataques y robos, lo que se tradujo en prosperidad para los territorios situados en aquellos puntos estratégicos entre Europa y Santiago de Compostela. Por ejemplo, el Valle de Mena llegó a contar con 16 monasterios.
El camino encartado decayó desde el siglo XII al perder fieles en favor del trazado francés. No obstante, permanecen los monumentos que contemplaron aquellos peregrinos o los que se construyeron después. La ermita de San Antolín en Alonsotegi, la iglesia de Santa María en Güeñes, la de San Miguel y la ermita de San Pedro Zarikete en Zalla, la iglesia de San Severino y lo que queda del que fuera hospital de peregrinos de Balmaseda. Además, en la plaza San Juan de la villa dos esculturas en forja rinden homenaje a los peregrinos, esperando ceder el testigo a sus sucesores de carne y hueso del siglo XXI.
Fuente: deia.com (Reportaje de Elixane Castresana)