En esta exposición aparecen reunidas pinturas, esculturas y el bordón, que ilustran la vida de San Francisco. Se trata del arte franciscano como peregrino, que se podrá contemplar hasta el 24 de agosto.
Las obras pertenecen a destacados artistas como los pintores El Greco y Zurbarán o los escultores Salzillo y Salvador Carmona. A la derecha, en la antigua capilla, tallas policromadas del siglo XVIII con las que algunos de los mejores llevaron a la madera a san Francisco con la cruz y los estigmas, cedidas por el Museo Nacional de Escultura de Valladolid o por el convento de esta orden en León. También el óleo con el que el siglo anterior el pintor monástico le retrató en oración o el genio toledano le inmortalizó meditando sobre la muerte.
“Peregrino y nuevo apóstol. San Francisco en el Camino de Santiago” se suma así durante el verano a la celebración del VIII centenario, sirviendo también de pretexto para un rico catálogo en el que escriben prestigiosos especialistas. En él se recogen todas las piezas de la exposición, que ofrece una perspectiva del mundo que vivió san Francisco, entre Occidente, el Islam y Tierra Santa.