El Gobierno de La Rioja ha aprobado el Decreto por el que se declara el camino riojano de enlace entre el Camino Interior del Norte y el Camino de Santiago Francés Bien de Interés Cultural en la categoría de Vía Histórica.
Se trata de un tramo que entra en el territorio riojano desde Álava, a través del Ebro, y en su recorrido atraviesa las poblaciones de Briñas, Haro y Zarratón, los términos municipales de Cidamón y San Torcuato y la población de Bañares, para llegar hasta Santo Domingo y enlazar con el Camino Francés. Esta ruta, que entra en España por Irún y cruza el País Vasco hasta llegar a Vitoria, pasando por Tolosa y Rivabellosa, forma parte de la candidatura “Los Caminos de Santiago del Norte” que aspira a ser declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO e incluye otras vías de peregrinación a la ciudad jacobea como el Camino Primitivo, el Camino de la Costa y el Camino de Liébana en Cantabria.
Con esta declaración, el Gobierno de La Rioja reconoce la “importancia histórica de esta ruta”, cuya existencia está avalada por fuentes documentales tan importantes como la Historia Silense, que relata la vida de la península ibérica desde la invasión visigoda hasta el reinado de Alfonso VI de León en el siglo XI, el Itinerario de Senlis (1690) o ‘Descripción y Cosmografía’ (1517) de Hernando de Colón.
Todas ellas garantizan que desde la Edad Media existió una ruta secundaria por la que se desviaban los peregrinos procedentes de Álava. Se considera que esta ruta de peregrinaje, y también de comunicación comercial, estuvo favorecida en territorio riojano por elementos estructurales, como los puentes sobre el río Ebro y Tirón, las fuentes junto a los caminos, y otros elementos que anunciaban al caminante un cambio de jurisdicción, un cruce de caminos, una parada y oración junto a una ermita o un humilladero. Por ejemplo, en Briñas se concentran todos estos elementos, destacando la fuente románica, un crucero y un humilladero. También sobresalen los hospitales de Haro, Cidamón y Bañares, que en la Edad Media conformaban toda una red asistencial; o el culto a Santiago puesto de manifiesto con la creación de cofradías, y una ermita y una iglesia, ya desaparecidas, dedicadas al Apóstol en Zarratón y en Haro.
Por último, los expertos consideran que la gran expansión que vivió el románico en La Rioja deriva, en gran medida, de las peregrinaciones ya que coincide con el máximo apogeo del Camino de Santiago. De hecho, sus influencias se dejan ver en el último hito del camino y en las portadas de la ermita de Santa María de la Antigua en Bañares, población que, además, conserva la morfología de las villas de peregrinaje con un marcado eje longitudinal que la atraviesa de norte a sur.
En su último tramo, antes de enlazar con el Camino Francés en Santo Domingo, la ruta se funde con otra más antigua, conocida aún hoy en día como la calzada de los romanos, que pasa por los términos de Cidamón y San Torcuato. Todo ello constituye los factores que otorgan a esta ruta de peregrinación un excepcional y singular valor dentro del patrimonio cultural de La Rioja.