Muchos peregrinos son sorprendidos por el Camino de Santiago cuando marchan hacia Compostela. Se habían informado de qué es la ruta, de los refugios, de cómo andar, a qué horas, qué meses, qué clima, pero se encuentran con una nueva dimensión del Camino que escasas guías les habían explicado .
El Camino de Santiago no un camino de rosas deja relativamente a un lado la explicación histórica y artística de la ruta o la información práctica de un supuesto turismo barato aparentemente fácil, ameno. Esta documental llega al corazón del Camino, a los sentimientos de los protagonistas, los peregrinos y sus insustituibles soportes: los hospitaleros. El documental hila una serie de entrevistas que descubren la verdadera esencia de esta ruta que sólo en el Año Jacobeo 2004 fue recorrida por más de 180.000 personas.
Son cortas historias de peregrinos y hospitaleros de naciones diversas, de peregrinos como la Brasileña Lady Foppa, que nos encontramos durante la segunda etapa del camino y que a pesar de una grave lesión en las piernas llegó finalmente con muletas tres semanas más tarde a Santiago de Compostela; aquí, ella nos comentó que “…no se puede dejar un sueño en el camino… Santiago me llamó…”
Quizás la historia más emotiva y que más admiración tuvo allí donde llegaba, fue la familia Loat de origen Italiano, que viajaron en bicicleta tándem desde Francia y con sus tres hijos de 11, 5 y 2 años. Habían preparado este peregrinaje durante el periodo de un año antes de sumergirse por completo en la aventura de Santiago.
Son sólo unos ejemplos de los que cada peregrino encuentra en cada Camino de Santiago que realice. Siempre diferentes. Siempre enriquecedores. Sin duda, el camino Jacobeo es una experiencia humana cualquiera que sea su motivación, que cambia al caminante a su llegada al destino final, como comenta el peregrino Manolo Sanz Gutiérrez “…el camino se empieza por una u otra razón, pero, lo más importante es saber si ésta sigue siendo la misma a su llegada a Santiago”.