El cisma protestante del siglo XVI alejó a muchos peregrinos del Camino Inglés, transformado en una ruta que recordaba a herejes e impíos. Desde hace años, se está recuperando la afluencia en una de las rutas jacobeas con más encanto. Atraviesa el golfo ártabro con el Bono Iacobus y llega a Compostela. Descubre ua comarca con todo por enseñar.
Un poco de historia sobre el Camino Inglés
Sí, igual que Camino Portugués, Francés o Ruta de la Plata también hay un Camino Inglés: La gran diferencia es que esta senda cubre una gran parte de superficie por mar. Partiendo desde la abadía de Finchale para seguir a través del Canal de la Mancha, el mar de Irlanda, el golfo de Gascuña y el Cantábrico, los fieles peregrinos de Escandinavia, Países Bajos, Inglaterra, Escocia, Gales e Irlanda alcanzaban la meta compostelana. La travesía en barco concluía cuando alcanzaban algunos de los puertos de la costa norte de Galicia: Ribadeo, Viveiro, Ferrol o A Coruña. Estos dos últimos puertos, ubicados en un amplio golfo que los romanos denominaron Portus Magnum Artabrorum, se han consolidado tradicionalmente como los puntos de partida de las dos alternativas del Camino Inglés.
Se trata de un camino muy ligado a acontecimientos históricos relevantes del continente europeo: encontramos referencias a peregrinos del Camino Inglés a partir del s. XII. Así, en el año 1147 desembarcó en el puerto de A Coruña una escuadra de Cruzados que hicieron escala durante su travesía hacia Jerusalén para participar en la toma de Lisboa, auxiliando así al primer rey de Portugal en su lucha contra los musulmanes que gobernaban Olisipo. Durante su estancia en Galicia, los caballeros cruzados fueron hasta Santiago para visitar el sepulcro del Apóstol.
El Camino Inglés está ligado a grandes hitos patrimoniales de Galicia, como la Torre de Hércules, que giaba con su potente haz de luz a las embarcaciones que procuraban abrigo en la costa para poder llegar a santiago de Compostela. Este faro romano fue declarado Patrimonio de la Humanidad en el año 2009.
Disponemos de noticias documentales de peregrinaciones desde los lugares más septentrionales de Europa: entre los años 1154 y 1159 un monje islandés, Nicolás Bergsson, escribió del primer itinerario marítimo desde la ignota isla volcánica hasta el canal de Kiel, en Schleswig-Holstein región de daneses y germanos, y desde aquí a pie hasta Roma, camino de Jerusalén. Este escrito sirvió como códice calixtino –guía y mapa del camino de Santiago– para los peregrinos normandos su ruta hacia la ciudad del Apóstol.
A medida que las monarquías medievales acumulaban fuerza y posesiones también aumentaban sus ambiciones antagónicas que solo resolverían con las armas; el Camino Inglés se vio afectado por las subsiguientes guerras que definieron al continente europeo. Durante la Guerra de los Cien Años (que en realidad duro 117 años, desde el 1 de enero de 1337 hasta el 17 de octubre de 1453) la monarquía francesa quiso expulsar a los ingleses de su territorio. Francia contó con la corona castellana como aliada, mientras que los británicos tenían a su lado al reino de Portugal. Esto dejó a Galicia y al Camino Inglés como campo de batalla: los ingleses utilizaron sus naves para llegar a Santiago; de su presencia dan testimonio las monedas y piezas de cerámica encontradas durante unas excavaciones realizadas en la catedral.
Antes de los cismas y las disensiones teológicas y políticas, lo cierto es que la relación entre las comunidades británicas y gallegas eran fluidas e importantes: así lo demuestra la donación de ofrendas tan importantes como un retablo portátil de alabastro, que describen cinco escenas de la vida del Apóstol Santiago, que fue cedido a la catedral por el clérigo John Goodyear en el año 1456. El origen de los peregrinos que realizaban esta ruta se certifica también a través de los registros de defunciones que se recogían en los archivos de las capillas y cementerios de los monasterios y hospitales del camino, entre los que destacan los pertenecientes a la Orden Hospitalaria del Sancti Spiritus, sumándose a partir del s. XIV la Orden Franciscana.
El Bono Iacobus os llevará a conocer el trayecto final del camino Inglés, cumpliendo las rutas desde A Coruña hasta Santiago de Compostela. Se trata de una vía de suave orografía y clima auténticamente atlántico por el que podréis conocer tanto la realidad costera del país como el principio de la Galicia interior. Las etapas que recorreremos son accesibles para todos; el Bono Iacobus hará posible que disfrutéis del Camino y descanséis en las mejores casas rurales de la zona, donde podréis probar los exclentes platos de la famosa gastronomía casera gallega.
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