La inauguración de la exposición colectiva que reúne la obra de más de 170 artistas japoneses en la sede de la Fundación Granell se convirtió en una reivindicación de las relaciones culturales y afectivas entre Japón y Galicia.
La rueda de prensa convocada para anunciar la muestra reunió a Megumi Shiozawa, responsable de la casa Galicia Japón y mediadora de las relaciones comerciales y culturales entre el país nipón y Galicia, Hidetoshi Kushida, presidente de la editorial Qualiart y Natalia Segarra, responsable de la Fundación Granell. Kushida explicó que estaba emocionado por visitar por primera vez España, y que escogieron Santiago de Compostela por su condición de ciudad espiritual y artistica. Además, señaló el vínculo existente entre Japón y Galicia por el hermanamiento entre el Camino Kumano Kodo y el Camino de Santiago.
El editor incidió en que el objetivo de la exposición es unir las influencias artísticas que recibió Japón de las vanguardias occidentales y superar la visión del arte japonés limitado a las prácticas tradicionales como la caligrafía o el origami; “Dalí, Picasso fueron muy influyentes para los artistas japoneses; también Eugenio Granell, que visitó y expuso en japón en una ocasión y dejó una gran huella de inspiración entre los artistas nipones” explicó el responsable de Qualiart.
Por su parte, Megumi Shiozawa recalcó la buena acogida que tienen las iniciativas comunes entre Galicia y Japón” mientras esperaba que la muestra tenga la misma buena recepción entre el público.
El acto de inauguración reunió a más de cien personas en la terraza que asistieron a talleres relacionados con las artes tradicionales del Japón, como el origami, así como a una muestra de caligrafía a cargo del maestro Akazama, que asistió com representante oficioso de la prefectura de Wakayama, donde se realiza el camino Kumano Kodo, un recorrido espiritual sintoísta-budista que está hermanado con el camino de Santiago.
La exposición reúne más de 170 obras que se balancean entre las adaptación de técnicas occidentales a la idiosincrasia nipona hasta las obras más clásicas, como el Ukyo-e, estará abierta hasta el 22 de mayo.